Tesoro sepultado 

Hace unos pocos días la actual secretaria de energía del gobierno federal mexicano, ratificó que esta administración no hará más rondas petroleras, las subastas de concesiones de exploración de campos petrolíferos. No está de más insistir en que esto representa un error terrible, producto de la ignorancia y la terquedad, por cuanto a que impide que se ingresen recursos a las arcas del erario por este concepto, en un momento en el que la economía mexicana se encuentra en terapia intensiva y una bocanada de oxígeno como esta, le ayudaría a prolongar su supervivencia. 

Eric Rosas 

Resulta también estruendosamente disonante, si tenemos en consideración que Petróleos Mexicanos sufre para pagar los casi 21 millones de dólares americanos diarios de intereses derivados de su colosal deuda. Pero igualmente constituye una decisión consecuencia de la falta de visión, dado que en estas subastas quien arriesga todo es la empresa, o consorcio de empresas que la “ganan”, mientras que el Estado Mexicano no compromete los recursos públicos, pero sí obtiene un doble beneficio: sabe si los campos petroleros son productivos o no y, en caso de que sí contengan reservas del hidrocarburo, obtiene regalías – insisto – sin haber arriesgado ni un centavo de los impuestos de los contribuyentes. 

La insistencia del gobierno actual de que el petróleo debe ser extraído y usufructuado exclusivamente por la paraestatal mexicana (Pemex), demuestra la incapacidad de los funcionarios a cargo, para entender las señales del mercado mundial. Pues, por ejemplo, las otrora compañías petroleras alemanas E.ON y RWE ya han inclusive rediseñado su negocio y emergido como nuevas y más fuertes empresas en la generación de energías renovables y limpias.

Siguiendo esa misma tendencia, las principales empresas europeas como Royal Dutch, Shell, Total y British Petroleum, ya han comenzado a modificar su modelo de negocios, dejando la producción de gas y petróleo solamente como la fuente de ingresos, para apuntalar sus inversiones en el desarrollo de nuevas tecnologías. Algunas firmas de consultoría del sector energético, que ya han publicado resultados preliminares para la década que está por finalizar, destacan el hallazgo de que, si bien las ventas de gas y petróleo siguen otorgando ganancias a las grandes transnacionales de este sector, este fue el segmento de la industria energética que peores beneficios ha traído para sus accionistas durante lo que llevamos del segundo lustro de la década. 

En este contexto es también muy significativo el anuncio que Repsol – la empresa petrolera española – hizo en diciembre pasado, respecto de que para el 2050 pretende haber eliminado toda huella de carbono en su producción de energéticos. Esta declaración muestra nítidamente la realidad que enfrenta ya la industria de los hidrocarburos en el mundo entero y que casi todas las firmas petroleras han comprendido a la perfección, quizá sólo con la vergonzante excepción de Petróleos Mexicanos. En la década que iniciará dentro de once meses, las presiones mundiales para detener el calentamiento global y mantener el incremento de la temperatura promedio ambiental por debajo de los 2 grados Celsius será extrema. Esto traerá, sin duda, severas medidas que desincentivarán la inversión en el sector petrolero, y con ello Pemex podría ver como sus reservas tendrán que quedar sepultadas, sin haber producido al menos un último beneficio para los mexicanos. 

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas 

(Foto: Scott Rodgerson -Unsplash)