2019-12-14-miedo-una-constante-en-la-vida-cotidiana-de-los-habitantes-del-estado-de-mexico

Miedo, una constante en la vida cotidiana de los habitantes del Estado de México 

Cerca del 73.9 por ciento de la población de 18 años y más consideran que vivir en su ciudad es inseguro y genera miedo, siendo los municipios mexiquenses Ecatepec de Morelos y Naucalpan de Juárez con una sensación de riesgo de 97.4 por ciento y 94 por ciento respectivamente. (INEGI 2019) 

Marcela Moreno  

En la entidad la percepción de inseguridad es de 91.8 por ciento, la segunda más alta solo después de Tabasco con 91.9 por ciento lo cual es resultado del conjunto de problemáticas que van desde robos y estafas hasta violencia de género y feminicidios. 

Esta sensación de miedo constante es una realidad de toda la población ya que afecta a sectores como los menores de edad y las mujeres, por ello el 31 de julio del 2015 en el Estado de México se declaró la primera Alerta de Violencia de Género.  

En este sentido de las 46.5 millones de mujeres de 15 años y más que hay en el país, 66.1 por ciento (30.7 millones) ha enfrentado violencia alguna vez en su vida; el 43.9 por ciento ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual acentuado entre las mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años. (INEGI 2019) 

En 2018 se registraron 3 mil 752 defunciones de mujeres víctimas de violencia, este es el valor más alto registrado en los últimos 29 años (1990-2018), lo que en promedio significa que fallecieron 10 mujeres diariamente por agresiones intencionales. 

El OCNF (Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio) considera que es difícil cuantificar este tipo de violencia dado que se sustenta en las implicaciones de lo masculino y lo femenino, lo cual lleva a muchas mujeres a desconocer cuándo se atenta a sus derechos humanos en casos como muerte materna, violencia obstétrica, desigualdades de desarrollo, agresiones políticas e incluso asesinatos a mujeres por la falta de seguimiento o categorías claras que no permiten cuantificarlos como feminicidios. 

Un mal silencioso se vuelve alerta nacional  

Aunque se trata de una realidad que se ha vivido por años de forma silenciosa en todo México, fue hasta 2015 cuando se declaró la Alerta de Violencia de Género en 11 de los 125 municipios del Estado de México, un año después se registraron 263 probables feminicidios de acuerdo con el OCNF, para 2017 se contabilizaron 470 víctimas, aunque muchos no se tipificaron como asesinatos por odio, la cifra revela un crecimiento comparado con 2016 que sumó 421 y 2015 con 408 víctimas (INEGI). 

En 2016 se registraron 263 casos tipificados como probables feminicidios de acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), aunque la Fiscalía General de Justicia mexiquense difiere de esta cifra y registra apenas 68 casos en el mismo periodo; coinciden en el gran incremento, pues en 2015 se contabilizaron 61 y 47 en 2014.  

En este sentido cabe señalar que de acuerdo con el INEGI en 2017 se contabilizaron 470 mujeres asesinadas en el territorio mexiquense, aunque muchos no se han tipificaron como feminicidios.  

A estas estadísticas se suman jóvenes como Vanessa estudiante de veterinaria en la Universidad Autónoma del Estado de México que con 22 años fue violada y asesinada el 1 de febrero del 2019 en Ozumba por el conductor de una combi; Deni Aurora Hernández Jiménez, ella tenía 21 años de edad cuando fue encontrada sin vida en Ocoyoacac; Areli quien fue llorada por su familia, amigos y compañeros de la facultad de Humanidades de la Universidad  Autónoma del Estado de México al encontrar su cuerpo en San Mateo Oxtotitlán, entre muchas otras que no sobrevivieron a la violencia de su tierra.  

Otro caso reciente, fue el feminicidio de Sonia López por parte de quien fuera su expareja sentimental, este reciente hecho, causo indignación y múltiples manifestaciones por diversos sectores de la sociedad, marchas organizadas hacia la Fiscalía General, movilizaciones por la comunidad estudiantil de la UAEMéx, espacio en el que fue encontrado el cuerpo de Sonia, además de manifestaciones pacíficas por parte del gremio artístico de la ciudad, se vivieron los últimos días a costa del miedo y la incertidumbre.  

Aunque se trata de un mal latente la cultura machista y el costumbrismo han normalizado conductas que en algunas ocasiones no permiten a las victimas identificar que lo que viven es violencia; por ello la investigadora de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Itzel Hernández Lara comentó: 

“La violencia de género es la acción que atenta contra la integridad de una persona o grupo por su orientación o identidad sexual, sexo o género y uno de los sectores vulnerado por esta problemática son las mujeres” 

Sectores más vulnerables 

“Y si lo analizamos más a fondo vemos que puede aumentar según el nivel educativo, socioeconómico y territorial, por ejemplo, las mujeres indígenas tienen particularidades culturales arraigadas a algunas prácticas culturales de sus comunidades y si bien no es privativo de ellas, su condición étnica representa desventajas sociales que lo agravan como: discriminación, no tienen donde denunciar, sin transporte, baja escolaridad, bajo ingreso económico, etc.” comentó la especialista. 

Por otro lado, explicó que algunos factores que amplifican este fenómeno en los grupos étnicos es la alta incidencia de alcoholismo y las tradiciones patriarcales, “debemos pugnar para que no se justifique la violencia desde el costumbrismo”. 

Sin embargo, aunque en los pueblos originarios no hay una predisposición a atender las denuncias de género más allá de la conciliación por falta de presupuesto y personal capacitado, señaló que las indígenas no han permanecido como sujetos pasivos frente a este problema.  

“Las mujeres de San Felipe del Progreso son un ejemplo, porque han creado redes de mujeres en contra de la violencia y actúan como promotoras para ayudar a otras. Creo que son ellas a las que se les debería impulsar, a quienes las instancias gubernamentales deben acompañar” expresó. 

Por lo anterior detalló que es necesario fortalecer mecanismos efectivos de atención que consideren sus particularidades sociales, condición étnica y que favorezcan el acompañamiento “desde tener personal capacitado, oficinas permanentes, seguimiento efectivo, evitar procesos de discriminación y salvaguardar su seguridad”. 

Para concluir la especialista puntualizó que, si hay avance en términos de concientización y voluntad política, pero lamentó que aún queda un largo camino en cuestión de protección de derechos humanos, “y de diálogo constante con las organizaciones y redes de mujeres conscientes de su situación”. 

(Foto: Luz Gutiérrez/Leila Vargas/José Gómez/Jorge Rojas) 


Categoría:
Nacional
Etiquetas:

    No hay etiquetas asociadas a éste artículo.

Vistas:
36

Notas Relacionadas