¿Cómo Diferenciar Información, Comunicación, Publicidad y Propaganda?
Los aparatos de Estado y los gobiernos populistas tienden a concentrar el poder absoluto de una nación, a partir de mezclar tramposamente los conceptos de información, comunicación, publicidad y propaganda, en favor de la construcción “quasi” divina de la imagen del caudillo y de la ideología política que lo soporta.
En México, la Constitución consagra el Derecho a la Información y con ello la posibilidad de acceso a la información pública a todo ciudadano, así como la obligación para el Estado de brindarla veraz y oportunamente a quien la solicite.
El Derecho a la Información va ligado intrínsecamente al Derecho a la Libertad de Expresión y al Derecho a la Libertad de Prensa, puesto que la sociedad merece conocer todas las líneas de información que surgen de la dinámica natural y cotidiana en la convivencia permanente de una nación libre, plural y soberana, de ahí que no se deba estigmatizar nada ni a nadie por la información que libremente emita sustentando sus fuentes y bases de datos.
La característica de la información es su verticalidad: alguien la emite y alguien la recibe, así simple y llanamente.
La comunicación, en cambio, es un proceso que va más allá de la mera información vertical, puesto que exige una retroalimentación entre emisor y receptor, de ahí que la Ley disponga del Derecho de Réplica para que las audiencias puedan exigir precisiones o aclaraciones cuando se sienten dañadas, afectadas o simplemente desean abonar al tema en cuestión.
Es por ello que un Medio de Comunicación será más apreciado socialmente cuando instala por sí mismo un Código de Ética bajo el cual se conducen sus comunicadores, así como un Comité de Defensa de Audiencias, para salvaguardar en los contenidos informativos, los derechos de las audiencias.
La publicidad, en cambio, es el mecanismo que la Ley le otorga al Estado y a los gobiernos para difundir sus programas sociales e informes oficiales, y para lo cual les asigna un presupuesto, pero que los obliga a disponer de los medios más idóneos en cobertura, credibilidad y profesionalismo, para llegar a la pluralidad de las audiencias y a la totalidad del territorio nacional, estatal o municipal.
Pero la propaganda, es la más peligrosa para la sociedad porque siempre implica trampas, ilegalidades, excesos, abusos y manipulación por parte del Poder para utilizar los recursos públicos, que por Ley impide su uso en promoción personalizada en imágenes, nombres o siluetas de los servidores públicos, salvo los siete días anteriores y cinco posteriores a la rendición de sus informes anuales.
La propaganda política disfrazada de información, comunicación o publicidad es lo más dañino para el sano desarrollo de las naciones, porque concentra todo el poder del aparato público para deificar al gobernante en turno y somete a las mayorías con cargas políticas propagandísticas que impiden la libre circulación de las ideas.
*Licenciado y Maestro en Periodismo
lurame_3@hotmail.com @luciorm
Categoría: Nacional |
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