Nos gustaría que el gobierno hablara en lenguaje ciudadano
En México, todas las obligaciones legales de la ciudadanía están escritas en lenguaje técnico, imposibles de entender para las personas que tienen el nivel educativo promedio, es decir, 9 años de escolaridad, de acuerdo con lo señalado por INEGI.
Los municipios tienen hasta 300 trámites, cada uno de ellos con al menos 5 requisitos por trámite, descritos, la mayoría de las veces, en un lenguaje inentendible.
Para montar una empresa, de acuerdo con lo documentado por Ricardo Corona, Abogado General del IMCO, existen aproximadamente 150 mil regulaciones que se traducen en costos de transacción a las empresas. Todas realizadas por un abogado corporativo o algún especialista en ciencias ambientales, a quienes les corresponde expedir un Dictamen Único de Factibilidad, mismo que está redactado con un lenguaje especifico, que muchas veces, nosotros como ciudadanos, no logramos comprender en su totalidad.
En otras latitudes se han tomado importantes acuerdos gubernamentales para remediar esta situación, el 13 de octubre de 2010, Barack Obama, el entonces Presidente de los Estados Unidos, firmó la “plain Writing Act” (Acta de escritura simple) que obligaba a los entes administrativos federales a incorporar una metodología de “Lenguaje Claro” en la redacción de los textos del Gobierno Federal. Luego se tomaría esa fecha para celebrar el Día Internacional del lenguaje claro.
Pero, ¿Qué es el lenguaje claro?
Es un estilo de redacción simple y eficiente que permite a las personas entender fácilmente lo escrito. Toma como elemento esencial al destinatario y enfatiza la necesidad de ser concreto y claro en el mensaje que se quiere transmitir. Un texto en lenguaje claro permite encontrar la información apropiada, entender sin necesidad de releer y obtener la información suficiente para tomar una decisión o iniciar una acción.
Hoy impulsan el Lenguaje Claro movimientos internacionales como Clarity Plain Languague y Plain Language Movement, y países como Estados Unidos, Canadá, México, España, Suecia, Chile y Uruguay, por nombrar algunos
Un caso reciente; Argentina, en donde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el Senado de este país llevó a cabo el pasado 13 de octubre la primera jornada para promover en los organismos del Estado el uso del estilo simple y eficiente de redacción, que permite a las personas entender fácilmente lo escrito.
Finalmente, habrá que poner mucha atención en lo señalado por el académico español Rafael Camacho: La lectura fácil no es lo mismo que el lenguaje claro, a pesar de sus similitudes. Si bien ambos estilos de redacción tienen el mismo propósito final, difieren en cuanto al a quién va dirigido y al cómo hacerlo.
ESTIMADO LECTOR: ¿Te gustaría que el gobierno hablara en lenguaje ciudadano?
* Consultor en Gobernova
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