Martha Romero
Cristian Alfredo Aguilar Peralta, especialista en Derechos Humanos y conferencista en materia de discriminación, aseveró que la discriminación transversal se presenta cuando se suman y son vistas en sentido negativo, condiciones o factores de vulnerabilidad como el género, la orientación sexual, la discapacidad o el origen étnico o religioso.
Por ejemplo, dijo, una persona con discapacidad, de cualquier tipo, que también pertenece a la población de la diversidad sexual o de género, o que es parte de un grupo indígena o un pueblo originario, cuando estas identidades se cruzan no se manifiestan en la persona por separado ni se diferencian en cuanto a cada situación de vulnerabilidad, sino que se conjuntan y generan barreras más profundas, de diversos tipos y difíciles de superar, entonces, es una discriminación transversal que entrelaza factores y se multiplica.
Indicó que lamentablemente hay muchas formas de discriminación, por ejemplo, a una persona con discapacidad de la población de la diversidad se le suele negar el acceso a servicios de salud adecuados; se cuestiona su capacidad para tener relaciones afectivas o sexuales y, en muchos espacios, simplemente, se les invisibiliza, además de que enfrentan violencia verbal, física y simbólica, y a menudo no son tomadas en cuenta en el diseño de las políticas públicas, entonces es una exclusión que afecta tanto lo personal como lo institucional.
Comentó que cuando se presenta la discriminación transversal, los derechos humanos son vulnerados, en el caso de personas con discapacidad cuya identidad, expresión u orientación sexual no corresponden a los estándares heteronormativos, son el derecho a la igualdad y no discriminación, a la salud, a la educación y a la participación social y política, pero, sobre todo, se vulnera el derecho a vivir una vida libre de violencia, a expresar la sexualidad o a formar una familia, ya que muchas veces se les trata como si no tuvieran derecho a vivir plenamente como cualquier persona, lo cual es una grave violación a su dignidad humana.
Aguilar Peralta indicó que las principales víctimas de discriminación transversal y las más vulnerables son las mujeres y las personas LGBTTTIQ+ con discapacidad, las que pertenecen a comunidades indígenas o afrodescendientes y quienes viven en contextos de pobreza, migración o abandono, quienes se enfrentan a una acumulación de desigualdades estructurales.
Refirió que cuando alguien es excluido por cómo se ve, a quién ama o por una condición de discapacidad, cuando hay burlas, estereotipos, lenguaje ofensivo o negación de servicios sin una razón válida y cuando los espacios no están adaptados para recibir a todas las personas por igual, son formas de discriminación que aunque muchas veces estén normalizadas inconscientemente, es decir, si ocurre cualquiera de estas situaciones o todas a la vez, es tiempo de actuar y señalar discriminación.
Resaltó que para coadyuvar a combatir o prevenir la discriminación en cualquiera de sus formas, lo primero es educarse y educar a las demás personas, escuchar directamente a quienes están siendo afectadas, visibilizar sus historias, promover entornos accesibles, respetuosos e inclusivos, cuestionar los prejuicios propios y hablar cuando se observen injusticias, además de trabajar en sociedad para exigir que las leyes y las políticas públicas respondan a esta realidad.
"La diversidad es parte de nuestra riqueza como sociedad. Las personas con discapacidad también aman, sueñan, participan y tienen derecho a hacerlo desde su identidad u orientación. Debemos dejar de pensar en necesidades o casos especiales y empezar a hablar de derechos humanos universales efectivos, porque una sociedad justa e incluyente es aquella que garantiza la dignidad para todas las personas, sin excepciones", concluyó.
(Foto: Especial Portal)
Categoría: Diversidad y Género |
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