Martha Romero
Es esencial entender qué significa la diversidad de género en la infancia porque la identidad de género no es lo mismo que la orientación sexual y, en esa etapa, puede expresarse de muchas formas que escapan, incluso, a la compresión de personas adultas, comentó Cristian Alfredo Aguilar Peralta, antropólogo, maestro en Filosofía Política y especialista en derechos humanos.
Invitado por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM) para charlar acerca de las infancias de la diversidad, con motivo del mes del niño y de la niña, señaló que los menores exploran el mundo con preguntas y juegos, por lo que es indispensable acompañar, escuchar sin juzgar, validar sus emociones y permitir que se expresen libremente sin imponer roles de género tradicionales, que es ya un gran paso en el respeto a su dignidad y la protección a sus derechos.
Agregó que, además el abordaje de las políticas públicas debe partir de la base de que la diversidad de género no es una enfermedad, una moda o una etapa pasajera, sino una realidad de carácter interseccional.
Detalló que los prejuicios y el miedo al “qué dirán” de personas adultas muchas veces obstaculizan el bienestar integral de las infancias, por lo que promover conversaciones abiertas en las escuelas, en el seno de las familias y en las comunidades ayudará a cambiar paradigmas acerca de la identidad de género y su papel en las infancias.
“Desde una perspectiva especializada, los roles, las creencias y los estereotipos de género no solo moldean la forma en que percibimos y tratamos a las personas, incluso a niñas y niños, sino que, en el caso de las infancias de la diversidad de género, operan como mecanismos estructurales que contribuyen directamente a la vulneración de sus derechos humanos”, aseguró.
Aguilar Peralta explicó que esos roles y estereotipos son las normas que imponen rígidas expectativas desde el nacimiento, entre ellas, cómo vestirse, comportarse, jugar o sentir como niño o niña, pues cuando una infancia transgrede esas normas o roles, su expresión muchas veces es reprimida, invisibilizada o, incluso, sancionada, lo que vulnera el derecho a la identidad, la libertad de expresión, el derecho a la vida digna y a vivir sin violencia.
Asimismo, si las instituciones o las estructuras ya sean escuelas, centros de salud, grupos deportivos y medios de comunicación, por ejemplo, reproducen estos estereotipos, perpetúan formas de violencia simbólica, psicológica y estructural, ya que no nombrar, no incluir o no capacitar, también es violentar.
Finalmente, indicó que esos estereotipos de género no solo son ideas o creencias inocentes, sino que actúan como estructuras que discriminan, excluyen y silencian a las infancias que no se ajustan a la norma binaria niño-niña, por lo que para garantizar una vida digna y plena, es imprescindible desmantelarlos desde una perspectiva interseccional, de derechos humanos y centrada en el interés superior de la dignidad de las niñas y los niños.
(Foto: Especial Portal)
Categoría: Derechos Humanos |
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