El jugador Oriundo de Rosario, Sinaloa, no solo hizo historia por ser de los únicos mexicanos dentro de las grandes ligas del básquetbol, también fue pesadilla del gigante Shaquille O’Neal, entrenó con Michael Jordan y siempre respondió como un atleta responsable y disciplinado.
Guillermo Guadarrama
En 1997, los visores de los Phoenix Suns se fijaron en sus dotes como central de cancha bajando de manera espectacular los rebotes en Pima Community College. La lesión del central de los Suns Rod Williams lo hicieron llegar a la titularidad y apoyándose de su experiencia deportiva dentro de la NCAA para después llegar a las grandes ligas.
Realizó campamentos de preparación con los Pistons y los Lakers, donde pudo presenciar, de primera mano, los esbozos de un tal Kobe Bryant.
En su primera participación sobre una duela NBA, Llamas dominó su primera tabla y embocó una flotadora entre doble marca. Cuatro minutos de juego, dos puntos y una victoria agónica de los Suns 109-108.
En 1998, terminó su periodo con los Suns después de 28 partidos distribuidos en año y medio de actividad y volvió a la NCAA posteriormente se entabló en prácticas con los Whisards donde uno de sus compañeros de prácticas fue la leyenda de este deporte, Michael Jordan.
Horacio Llamas se retiró oficialmente en 2013 y en Quintana Roo su número fue retirado en su honor y actualmente, es embajador de la NBA en México, ha estado involucrado en proyectos de clínicas para niños y jóvenes lanzados por la liga en conjunto con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE).
Este viernes, Llams impartirá una clase en la capital mexiquense en el Deportivo Agustín Millán, misma que será a puerta abierta.
(Foto: Redes)
