Las demandas y el trabajo organizado del movimiento feminista mexicano
Claudia Elisa y Gabriela Alejandra López Miranda
Integrantes del Círculo Feminista Alaíde Foppa
Las mujeres estamos cada vez más pendientes del tratamiento que se da a las notas sobre feminismo en los medios de comunicación, dicha mirada atenta, sumada al aumento del número de mujeres en puestos estratégicos dentro de periódicos, programas de radio o televisión, ha logrado que el manejo de la información con perspectiva de género sea cada vez más común. No obstante, todavía existen empresas de medios e incluso instituciones públicas que, desde sus áreas de comunicación social, difunden información revictimizante, agresiva o engañosa sobre las mujeres y su demanda legítima de derechos.
Esas instituciones o medios que califican el movimiento feminista como agresivo o irracional, ponen en evidencia su falta de conocimiento en torno a una larga historia de trabajo y articulación, no sólo entre las mujeres feministas, sino entre ellas y organismos internacionales, universidades o grupos organizados de la sociedad civil.
En México, como señala Ana Lau (2000), los antecedentes de las luchas feministas se remontan hasta los años 20. De hecho, el feminismo de los años 70 que concretó demandas que hoy siguen siendo fundamentales, es heredero de las luchas del Frente Único Pro-Derechos de la Mujer (FUPDM) de 1930.
Para las feministas mexicanas de los años 70 los movimientos estudiantiles de 1968 fueron una lección muy importante en términos de organización política, pero también hicieron evidente la deuda histórica que la izquierda tenía con ellas, las demandas de justicia y democracia de la época no incorporaron con suficiencia la causa de las mujeres, esto generó un escepticismo que también las llevaría a evitar relacionarse con partidos políticos y gobiernos, sin embargo, dentro del feminismo hicieron un enorme trabajo de organización y generación de redes.
En 1971 nace el grupo Mujeres en Acción Solidaria (MAS), en 1973 el Movimiento Nacional de Mujeres (MNM), en 1974 Movimiento de Liberación de la Mujer (MLM), en 1975 Colectivo la Revuelta y 1976 Movimiento Feminista Mexicano, entre muchos otros. Con el paso de los años los grupos se ampliaron y diversificaron, sin embargo, en 1979 lograron unirse en Frente Nacional por la Liberación y los Derechos de la Mujer (FNALIDM), que se organizó en torno a cuatro ejes fundamentales: maternidad voluntaria, guarderías como una demanda, campañas contra la violencia sexual y los problemas de las trabajadoras discriminadas de la Ley Federal del Trabajo.
Durante la década de los 80, las feministas, no sólo no abandonaron dicha demandas, sino que ampliaron sus estrategias para cumplirlas. En esta década, organizaron múltiples foros, seminarios, encuentros, espacios abiertamente feministas, además de ello, muchas militantes de los grupos conformados en los 70 se incorporaron al sector público, a la docencia e investigación, a la organización de proyectos productivos financiados por fundaciones internacionales, nació en 1984 la Red Nacional de Mujeres y se instauró el Colectivo de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres (COVAC).
Igual que en la década anterior proliferaron organizaciones feministas, además aparecieron centros y programas de estudios sobre la Mujer. El Núcleo de Estudios de la Mujer surgido en el Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo (CEESTEM) fue en pionero en 1981, en Guanajuato se organizó una reunión nacional de estudios de la mujer, como continuación de lo que había sido el Primer Simposio Mexicano Centroamericano de Investigación sobre la Mujer realizado en 1977, sumado a ello, se estableció un Centro de Documentación y Consulta y se promovió la organización de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Estudios de la Mujer (ALACEM)
La Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Xochimilco, el Colegio de México, la Escuela Nacional de Antropología e historia incorporaron a sus planes de estudio posgrados y áreas especializadas en estudios de las mujeres, ello ¡no lo olvidemos! Como respuesta a las demandas y el trabajo organizado del movimiento feminista.
Los años 80 también sirvieron para que el movimiento incorporara las problemáticas específicas de las mujeres de diversos sectores, en 1980 se fundó la Coordinadora Nacional del Movimiento Urbano Popular (CONAMUP), desde donde se realizó una labor enfocada en la situación de las mujeres de las zonas urbanas más vulnerables.
Las organizaciones que se fortalecieron durante los años 70 y 80, muestran que las demandas del movimiento feminista han estado acompañadas de un contundente y arduo trabajo político, intelectual, emocional, artístico. El feminismo, a lo largo del tiempo, ha modificado, ampliado, diversificado no sólo sus demandas, sino también los mecanismos y las estrategias para lograrlas.
Tal y como sostiene Ana Lau (2000), durante los años 90 las feministas identificaron la necesidad de aprender a relacionarse con las instancias gubernamentales, tanto nacionales como internacionales, se vincularon con los partidos políticos y asumieron que el ámbito electoral era un espacio que también les correspondía y en el que debían luchar y construir.
Así, desde el trabajo en los movimientos urbano-populares, en las universidades, en el ámbito electoral o en las redes y plataformas digitales como es claro en la época actual, las mujeres han demostrado que el movimiento feminista es en primer lugar, una lucha contundente, pero también es la síntesis de un arduo trabajo sostenido desde hace décadas.
Referencias:
Lau, Ana (2000) “El nuevo movimiento feminista mexicano antes del milenio”, en: Bartra, Eli, Fernández Poncela, Anna M. y Lau, Ana (2000) Feminismo en México ayer y hoy, México, UAM, Molinos de Viento.
