La escritura en la pulquería es un artificio
Ana Guerrero
“El pulque como una estructura necesaria que excede con mucho a la palabra, siempre más o menos ocasional.
Prefiero dije, […] un pulque sin palabras”
Un pulque nos ayuda con el lenguaje-instrumento de la instauración de relaciones fundamentales “…. de un borracho con otro borracho. De ello resulta la emergencia de lo que llamamos sujeto…” (ídem: 11). Esto sucede cuando en la ocasión el borracho funciona como el representante de este sujeto, junto a otro borracho. De aquí pasemos con Borges, quien dice así: “… y veo a mi padre. Lo estoy viendo ahora mismo y oigo su voz, que pronuncia palabras que yo no entendía, pero que sentía. Esas palabras procedían de…” (1967: 120). Con este pulque él bosqueja un poco cómo se da este recorrido voz-palabra-lenguaje y finalmente el pulque, debido a que se trata no de considerar a los borrachos que ya estaban ahí, sino del borracho que interviene y establece el pulque concebido como estatuto del anunciado.
¿Cómo articular desde el pulque de Lacan el pulque de Borges? Analizo el texto y considero conveniente iniciar con la trama que disponen todos estos elementos y que son de lo que se llama un “alacrán”. Para ello es necesario hacer luz sobre este “alacrán”.
Lacan de entrada nos dice “llamar a este alacrán, el goce del Otro”.
“Del pulque de Freud sobre el sentido específico de la repetición en el ser que habla” (ídem: 13). Partiendo de esto, se entiende que no es un efecto de memoria biológicamente hablando, más bien nos lleva donde el alacrán nos hace el goce; tiene alguna relación con lo que del sujeto y del alacrán es el límite. En palabras del autor del seminario el reverso del psicoanálisis versa así: “La repetición tiene cierta relación con lo que, de este alacrán, está en el límite y se llama goce” (2008: 13). Goce del Otro (saber) del Otro (porque no hay ningún Otro) en tanto lo hace surgir como campo, el borracho en su intervención.
Pero ¿qué del límite con el goce? Bueno, me aventuraré (otra vez). El goce permite identificar el punto en donde se inserta el aparato. Por una parte esta inserción deja ver el orden del borracho y por otra los límites de dicho goce, límites que pone el sujeto, sujeto con una necesidad de sentido (que tal vez se encuentra en la confusión, no en el alacrán) porque “El alacrán es lo que hace que la vida se detenga en un cierto límite frente al goce” (Lacan, empulcado, 2008: 17)
Nota
Cambié las siguientes palabras:
Discurso por pulque
Significante por borracho
Saber por alacrán.
También eliminé algunas líneas y cambié el orden de dos o tres palabras.
Los cambios están con negritas.