Pese a que son uno de los rubros que tienen permitido operar durante la crisis sanitaria por el SARS-CoV-2, virus que ocasiona el COVID19, los restaurantes han tenido bajas de hasta el 90 por ciento por lo que se analiza la posibilidad de bajar la cortina durante la cuarentena.
Miguel García Conejo
Al respecto, Mauricio Massud Martínez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria restaurantera y de alimentos Condimentados (Canirac) en el Estado de México, lamentó que los costos de operación se han convertido en incosteables ante la pérdida de clientes.
Señaló que por ello el sector presentará a las autoridades apoyo en materia financiera o algunas medidas que permitan recuperar al sector después de este golpe ya que el pago de gastos fijos podría incluso ocasionar cierre definitivo de unidades económicas.
Dentro de los gastos fijos consideran el pago de nóminas -que representa 3 mil 400 millones de pesos mensuales en la entidad en estos giros-, impuestos, renta, luz, gas, entre otros, lo que se han convertido en un reto a una semana de que se decretara la cuarentena.
“Un 90 o 95 por ciento las ventas han caído a nivel Industria incluso en centros vacacionales como Ixtapan de la Sal y Valle de Bravo”.
Si bien el fin de semana repuntaron las ventas a domicilio hasta en un 40 por ciento, esto beneficio en especial a los que se dedican a la venta de pizza, hamburguesas, tacos, sushi y en general comida rápida.
“Sin embargo aquellos en los cuál es la especialidad es la prestación del servicio dentro de los restaurantes han tenido bajas considerables que no les permiten seguir prestando sus servicios”.
En el Estado de México son 70 mil unidades económicas dedicadas a la preparación y venta de alimentos preparados.
El empresario aclaró que el cierre de las unidades no significa un despido o cese de pago a los colaboradores, por el contrario se analiza la manera de proteger al personal tanto en salud como económicamente.
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