Redacción Portal
La crisis actual del agua es una crisis inducida por grandes intereses que buscan ganancias extraordinarias a costa de la sed y la enfermedad de las personas, y que durante el ciclo neoliberal propició un proceso de concesionamiento “brutal”, donde el 2% de los concesionarios se han apropiado del 70% del volumen de agua. Entonces, tenemos a los grandes millonarios del agua de un lado y, por otro lado, a la población sedienta.
El secretario del Agua del estado de México, Pedro Moctezuma Barragán, hizo estas declaraciones en entrevista concedida al Canal Once del Instituto Politécnico Nacional, en la que dijo que la batalla por el agua se da en el marco de una crisis civilizatoria en la cual todo se quiere sacrificar para las grandes ganancias, pero, aseguró, el ciclo de la sequía se va a terminar y de él tenemos que sacar una lección: un nuevo modo de gestionar el agua.
“Que no nos espanten ni nos acalambren; lo que está ahorita denunciando las televisoras es el viejo modelo. Tenemos qué pensar cómo cambiarlo, cómo lograr que la transformación sea a fondo también en materia de agua”, sentenció.
En una conversación con Fernando Rivera Calderón, Nora Huerta y Jairo Calixto Albarrán, en el programa Operación Mamut, transmitido la noche del domingo 18 de febrero, Moctezuma Barragán expuso cómo la gestión del agua en el valle de México en tiempos prehispánicos se basaba en una filosofía de trabajo comunitario y respeto a los ciclos del agua, una tradición que todavía vive en comunidades y que en el estado de México tiene gran fuerza; de hecho, afirmó, mantiene a más de cinco millones de mexiquenses con este recurso disponible.
Pero vino Hernán Cortés “y nos cargó la chifusca”, contó el secretario, porque ahí empieza, en lugar del respeto a los ciclos naturales, el extractivismo: traer agua de más lejos, de muy profundo, para luego tirarla y nada más priorizar los negocios. Ese es el modelo que nos lleva a esta crisis. Modelo que evolucionó hasta llegar a los años 90 del siglo XX, con Carlos Salinas de Gortari, que recibió de Washington una Ley de Aguas Nacionales que rompió con una dinámica que consideraba el agua un bien común de las mexicanas y mexicanos, para convertirla en mercancía, al servicio del lucro, orientada, sobre todo, a las grandes transnacionales.
Además, a través de la Comisión Nacional del Agua, Conagua, “un invento de Salinas”, propició el sobre concesionamiento del recurso. “Desde 1917 hasta 1992 había poquito más de 2 mil concesiones; de 92 a la fecha, ya en este ciclo neoliberal que estamos superando, se pasó de 2 mil concesiones, a 564 mil”, en manos, muchas de ellas, de esos concesionarios a los que llama “los grandes millonarios del agua”. Y lo malo, agrega, es que hay una inercia desde esa ley del 92 para priorizar las demandas de estos actores extractivos en la minería, el fracking o las compañías refresqueras, que compran agua a precios de risa, entre 10 y 60 pesos por mil litros, y la venden con mil por ciento de ganancias a la población sedienta.
Moctezuma Barragán, quien proviene de la academia y del activismo ambiental, consideró que esta situación terminará a partir de un cambio necesario que regrese a la gestión comunitaria, y señaló que “hay un gran avance para encontrar soluciones, tanto para controlar el sobre concesionamiento como la extracción ilegal, que es, lamentablemente, muy abundante. Se necesita poner límites a estas prácticas, recuperar el agua de los grandes intereses, para que sirva a la población, y darle la vuelta a este modelo”.
(Foto: captura de pantalla)
