Ivan Joatzay
Los (casi) ídolos de Bahía Colorada: experimentando con el cine mexicano contemporáneo
“Sin miedo a la muerte, viejón”
Con todo el estilo, concepto y sabor ácido, pero sabroso, de unos dorilocos, los exprotagonistas de ‘La CQ’ se reúnen para contar una historia bien mexa y fresca para el panorama del cine mexicano contemporáneo.
Bajo la dirección de Ricardo Castro Velázquez y el guion de Beto Gómez, María Torres y Enrique Vázquez, ‘Los (casi) ídolos de Bahía Colorada’ llega a todas pantallas de Netflix para contar la historia de Romeo (Benny Emmanuel) y Preciado (Harold Azuara)Abitia, un par de medios hermanos que se odian, sin embargo, tras la muerte de su padre, el ídolo musical del pueblo, deberán de perseguir sus sueños, cumplir su destino y hacer honor a la memoria de su progenitor a través del rally de Bahía Colorada, la competencia de terracería más conocida en todo Sinaloa.
La historia llega como un relato de fabula y comedia audiovisual que, con tintes caricaturescos, presenta una cara nítida y saturada de las tierras mexicanas donde el ambiente en las calles del mero barrio sinaloense cobran vida a través de la pantalla.
Desde los primeros 5 minutos de esta historia, la travesía de los casi ídolos declara una disonancia a lo que solemos ver en el cine mexicano contemporáneo donde, en vez de presentar una historia de romance con tintes de comedia o un viaje de introspección hacia la visibilización de las comunidades vulnerables de nuestro país, el par de medios hermanos construyen un momento disfrutable, con muchas tonalidades de colores y un uso, quizá excesivo, de la jerga local para contar un drama con elementos de western y comedia que se ve potencializado por una maqueta de la filmografía extranjera.
Pareciera que, más que contar una historia sólida, critica o innovadora bajo el mismo enfoque que han capturado otros proyectos, como ‘Nosotros los Nobles’, ‘El Infierno’ o ‘Rudo y Cursi’, donde puede existir un segundo plano con un mensaje crítico, profundo o reflexivo sobre la sociedad mexicana, el guion de Gómez y terceros define explícitamente lo que quiere hacer y desarrolla un viaje certero y fresco que prioriza el entretenimiento a través de la comedia vista en el duelo de aceptación de uno mismo y el constante crecimiento entre miradas polarizadas.
El odio entre Romeo y Preciado es vehículo de terracería que, por medio del camino más entierrado y rocoso posible, permite explorar una imagen actual del México norteño, donde, a través de la profesionalización del arte callejero y una subida de volumen a la música de banda, cuenta una historia redonda, pero con la suficiente tridimensionalidad en sus protagonistas, para hacer de tu tarde de Netflix un rato disfrutable y entretenido que, asimismo, puede abrir otros caminos para las películas nativas del hoy.
Entre sus proezas, ‘Los (casi) ídolos de Bahía Colorada’ destaca por ser lo que es, es decir: una balada de banda audiovisual bien sabrosa que explora la idiosincrasia del mexicano, gracias al desenvolvimiento de sus protagonistas, quienes naturalmente generan una química versátil que pasa del odio a la comedia en un solo momento.
Por su parte, para Benny Emmanuel, el relato de Velázquez llega en uno de los mejores momentos de su carrera para decir que, si bien no estabas seguro del potencial de su talento, en el México de hoy aúnexiste la versatilidad para desenvolver el drama, la comedia o el misterio por medio de una lagrima, una carcajada o hasta un palomazo a mitad del escenario.
En el caso de Harold Azuara, aunque el guion de esta historia no da cabida para explorar otros campos más que la comedia y la sinergia entre su coestelar, la película sinaloense habla sobre el camino de la profesionalización actoral a través del entendimiento y ejecución limpia de su propio rol, dejando a la expectativa nuevos proyectos y matices por explorar bajo cualquier ámbito de la pantalla.
Si bien, el viaje de los dos hermanos hace un enriquecimiento constante de la cultura mexicana por decorar el entorno donde se desenvuelve este duelo de medios hermanos, la presentación de Bahía Colorada es uno de los hechos más disonantes e inesperados para el cine de 2023 que, con un diseño de producción limpio, esquematizado pero aterrizado a la esencia de su contexto, muestra una notable calidad y sincronía por crear una película de, quizá, un nivel internacional. En el que, aunque se puede sentir una sutil inspiración de otros autores cinematográficos como Wes Anderson o Michael Bay, el proyecto remarca su autenticidad y atractivo a través de la visión regional.
Entre estereotipos y clichés de la comunidad mexicana, la película de Ricardo es un viaje disfrutable, profesional y atractivo que, si bien se limita en otros sentidos, como el darle profundidad a sus antagonistas o desarrollar narrativas diferentes al arquetipo ya conocido de su historia, es un proyecto destacable por su exploración en la psicosis de la idealización donde, tras desmitificar leyendas del pasado y tu propia mente, se puede desenvolver el duelo entre la realidad y la ilusión personal.
‘Los (casi) ídolos de Bahía Colorada’ es un disparo al aire por volver a diversificar las producciones mexicanas que, además de presentar el potencial fotográfico y autoral que existe en nuestras tierras, empaqueta de una manera muy limpia y atractiva las riquezas que construyen la esencia nacional; desde burlarse de sí mismo, el lidiar con la analogía de los cangrejos en una cubeta, hasta apreciar la amigabilidad y alegría que definen al ser mexicano.
(Foto: Netflix)
