Ivan Joatzay
“Aquí es para los que sueñan, tan tontos como puedan parecer”
Con la llegada de ‘Babylon’, la cuarta película autoral de Damien Chazelle, esperada en México para el próximo 19 de enero, las cadenas cinematográficas del país han fijado una mirada al pasado donde, durante este mes, espectadores afortunados podrán disfrutar de la filmografía de uno de los directores contemporáneos con más fervor a la cultura hollywoodense y, con películas como ‘Whiplash’ (2014) o ‘La La Land’ (2016), se vive un poema al cine mismo dentro de las salas.
En busca de un momento en el presente para hablar de las odas del pasado, dentro de este espacio hablaremos del por qué la tercer película de Chazelle, La La Land, es una historia de romance y pasión por la vida que, desde su estreno, ha impactado al público, tanto que, en su momento, fue reconocida por ganar el Oscar a ‘Mejor Película’ por al menos unos 10 segundos, donde hubo una confusión de ganadores y posteriormente se le otorgó el premio a la “película del año” del 2017: ‘Moonlight’ (2016).
Para aquellos que no la conocen o recuerdan su historia, ‘La La Land: Una Historia de Amor’ es un musical hollywoodense con toda la pasión por el estrellato y la idea de cumplir tus sueños que, entre el baile, las canciones y una cinematografía interpretativa, cuenta el romance creciente de dos personas: Mia (Emma Stone), una chica veinteañera que dejó todo para vivir la pasión del cine y ser una gran actriz, y Sebastián (Ryan Gosling), un hombre frustrado que, en busca de revivir el jazz, desea compartir su talento y pasión por la música con la ciudad de Los Ángeles. A pesar de sus diferencias y distintos sueños en la gran ciudad, ambos encontraran el camino para perseguir sus metas en el otro.
Si bien, ‘La La Land’ es esa historia que, a la fecha de hoy, es reconocida y aclamada por el publico colectivo tras el impacto que generó en su época ante un eclipsante romance de película, es un filme que, sin pensarlo dos veces, da para siempre estar hablando de la trascendencia y significado que tiene el cine entre los espectadores mismos. Con una historia llena de diversidad, apertura y creatividad, la tercer película de Chazelle se convierte en una experiencia audiovisual que a través de imágenes profundas y coloridas retrata la versatilidad emocional de la vida.
En busca de concretar un relato que exprese las oportunidades e imposibilidades que natamente surgen en el crecimiento, la historia de amor presenta un guion que, realizado magistralmente para ejecutar escenas profundas y certeras a la nostalgia o el enamoramiento, presenta a dos figuras crecientes en el estrellato que, con un lente multicolor, retratan las dudas, miedos, deseos y pensamientos que compartimos todas las personas que estamos en busca de la felicidad, de un sueño, o del éxito propio.
Mía y Sebastián son dos personajes que, a pesar de convivir en pareja, funcionan en el formato individual y, con el paso de su historia, denotan un crecimiento arraigado a la determinación misma que expresa el sentimiento de estar en “la gran ciudad”; ese pesar por no ser quien quieres ser, esa lucha por conseguir tus metas y esa idea por encontrar tu camino. Ambos personajes se muestran en un punto en que, a pesar del romanticismo de su ciudad, se enfrentan a una sociedad y un mundo lleno de críticas, prejuicios y cambios en el que sólo los persistentes sobreviven.
Sin posibilidad para el romance y con un éxito improbable, ‘La La Land’ es una perspectiva cruda, realista y fugaz que se convierte en una metáfora para referirse al concepto de la vida mismo en el que, tal cual alguien busca su oportunidad en el escenario, todos debemos salir, competir, aferrarnos a nuestra esencia y perseguir nuestros propios sueños.
A través de una cinematografía impecable y una banda sonora inmersiva y atractiva, la película de Chazelle crea un mundo de espectáculo donde los colores y los sonidos mismos cobran vida para hacer de “la ciudad de los sueños” un personaje extra dentro de esta historia que desborda un sentido de creatividad y constancia que, visto a través de una moneda de dos caras, puede trastornar o impulsar la identidad de cada personaje.
Con canciones como ‘Another Day of Sun’, ‘Someone in the Crowd’ o ‘A Lovely Night’, la película hollywoodense es una odisea fílmica que, con elementos musicales compuestos por Justin Hurwitz, se llena de colores y ánimos sonoros que ejemplifican la grandeza, competencia y humanidad que existe en un lugar como Hollywood.
Grabada en su mayor parte durante “la hora dorada” y “la hora azul”, ‘La La Land’ crea una experiencia hipnótica y emocional que derrocha los pensamientos de sus protagonistas desde todos los ángulos posibles y, como si fuera una pieza de orquesta, se compone de todas las representaciones posibles para materializar las sensaciones de perdida, cariño, esperanza o miedo que atraviesa la pareja artística a través de los múltiples retos y vivencias en el romance de en sueño.
Tal cual como la hora del atardecer, donde surge ese momento en que el sol se va para continuar su camino a otras partes del mundo, esta historia es un relato que deslumbra los últimos rayos de luz de un momento en especifico donde la oscuridad y los colores convergen para crear una sensación mágica, brillante y efímera que habla sobre la espontaneidad de la vida y el tiempo mismo. Una historia donde sus personajes, Mia y Sebastián, conducen una travesía unidireccional que puede caer en el “y si hubiera” o el “lo logré”.
Como un proyecto que da un salto al pasado para recobrar técnicas fílmicas de otras décadas e inspirarse en las grandes historias de la “época de oro”, la película de Chazelle cuenta un relato de emoción, ruptura y simpleza que se perfila ante lo inesperado de la vida.
Contomas más largas, coreografías enormes y milimétricamente orquestadas, una actuación eclipsante para el espectáculo, pero sincera para los momentos de tristeza y perdida, además de una banda sonora energética, cálida y profunda, la película de Hollywood crea una representación misma del estrellato donde te das cuenta de que no necesariamente encuentras la felicidad en el “final de éxito”, sino, en el camino.
“Mirar a los ojos de alguien más para iluminar el cielo, para abrir el mundo y hacerlo tambalear” eso es ‘La La Land’, un momento de cambios y espontaneidad donde las emociones y los instintos cobran vida para determinar el rumbo, las posibilidades y los hechos que terminarán (o no) sucediendo en tu vida. Su historia es un fenómeno cinematográfico y social por el cual podemos identificarnos porque, como una antología visual romántica que, más que hablar sobre el amor, te habla sobre la pasión de la vida, ofrece una mirada a la realidad a través de los ojos del amor.
(Foto: web)
