19/Apr/2024
Portal, Diario del Estado de México

Maternidad y mandato patriarcal

Fecha de publicación:

Por Claudia Elisa López Miranda y Gabriela Alejandra López Miranda

Fundadoras del Círculo Feminista Alaíde Foppa

mamá es un animal negro, manso, extenso

huele a aguas estancadas

cría batracios dulces en las encías

no come

no duerme

no ríe

es un espacio oscuro que recorro con la lengua 

y me sabe a semen, a sangre, a agua de renacuajo

mamá es un animal quieto

amarrado

hinchado

habitual

muerto

(Maria Auxiliadora Álvarez)

En la sociedad patriarcal las mujeres ocupan siempre una posición marginal, un segundo plano, un papel complementario, no obstante, hay ciertos roles que les permiten ascender, transitar “hacia un mejor lugar” dentro de ese orden, se les ofrece de manera tácita o expresa, como sostiene Rosario Castellanos (2020, p.14) “la oportunidad de traspasar sus límites en un fenómeno que si no borra, al menos atenúa los signos negativos con los que está marcada; que colma sus carencias; que la incorpora, con carta de ciudadana en toda regla, a los núcleos humanos. Ese fenómeno es la maternidad”.

Se presenta a la maternidad como uno de los roles fundamentales de las mujeres, ser madre es una actividad ineludible, un aspecto definitorio de lo femenino, un compromiso social y biológico. 

Es en virtud de la maternidad, afirma Beauvoir (2013, p. 464) como la mujer cumple íntegramente su destino fisiológico, su vocación natural, puesto que asumen la responsabilidad de perpetuar la especie, desde muy temprana edad se enseña a las niñas que uno de los papeles más importantes de su vida es el de ser madres y que cualquier dificultad que esa actividad represente, valdrá la pena y será recompensada.

La sociedad patriarcal mistifica la maternidad, la construye como la actividad entre todas, se presenta a la madre como una figura sagrada, incuestionable, irremplazable. Desde muy pequeñas interiorizamos el mensaje de que poseemos un “instinto maternal”, una capacidad natural que nos es dada por el hecho de ser mujeres y, por tanto, es una labor que podremos realizar mejor que nadie.  No obstante, ese instinto maternal de ninguna manera existe, detrás de este relato se esconde la sociedad patriarcal y los mandatos de género.

Bajo este seudonaturalismo como sostiene Beauvoir (2013) se oculta una moral social y artificial, es decir, no existen las madres “desnaturalizadas”, puesto que el amor maternal no tiene nada de natural. 

Por ende, es necesario reflexionar críticamente sobre esta y otras actividades adjudicadas a las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, para con ello renunciar a los mandatos que nos impone el patriarcado, lo que no significa renunciar a ser madres sino revisar las implicaciones sociales de esta labor y decidir en libertad, sin la tutela del patriarcado, si queremos o no maternar.

Referencias.

De Beauvoir, Simone (2013), “La madre”, en: El segundo sexo, segunda edición, México, Penguin Random House Grupo Editorial.

Castellanos, Rosario (2020). Mujer que sabe latín, México, Fondo de Cultura Económica.

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