Luis Sánchez
La tiranía tiene muchas caras, sin duda, y no es necesario ser gobernante para ejercerla. Tenemos el caso de Lorenzo Córdova y su visir, Ciro Murayama, quienes, en el ejercicio de su derecho ciudadano, han mostrado el repudio al gobierno de AMLO, y en flagrante violación a la ley y a su deber profesional por el cargo que tienen, lo han calificado, denostado y amenazado… en aras de la democracia.
Este par ha convertido la premisa autocrática “yo soy el estado” en “yo soy la democracia”, mensaje bastante nocivo al pretender consagrar un poder que no tienen, pues el Instituto Nacional Electoral no nació como un instituto de concentración representativa (eso es cosa del legislativo y ejecutivo), sino como un vehículo para contener la voluntad popular y, sin intervención de poderes externos, expresar las preferencias políticas de los votantes.
El jueves pasado, el Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, insinuó que, por existir 173 quejas de opositores (claramente) sobre la legalidad de la revocación de mandato por la promoción de algunos funcionarios, era posible cancelarla.
Y lo cierto es que sí hay un comportamiento anómalo y reprobable por parte de algunos funcionarios, cuya legalidad es cuestionable y sancionable, hecho que corresponde al tribunal electoral revisar y resolver. Hay que decirlo, la negligencia de Morena en la legislación de la revocación de mandato dejó vulnerable la promoción del ejercicio al dejar un huevote legal sobre los procedimientos de ésta.
No obstante, la cancelación de la consulta sería excesiva si se somete al mismo rasero que otras elecciones, las presuntos delitos o actos ilegales cometidos al promover esta revocación son cosa de niños, y 173 quejas es nada, tomando en cuenta que son puro tecnicismo e interpretación, mas no sustentadas con hechos.
Si resultase que declaren inválida la consulta, tendría que haber por lo menos un precedente creíble, con el rigor que la pretenden calificar. No sería, por ejemplo, comparable con la compra de votos de Peña con Monex, con la abierta compra de votos en Edomex en las elecciones de 2017 (ya con Córdova al frente del INE), por parte de la maquinaria del PRI. Sólo éstos 2 ejemplos basten para notar lo permisivo que es el INE respecto a violaciones evidentes de la ley, mas tienen que rendir pleitesía, estos consejeros “autónomos” a los partidos que los pusieron en la tribuna (PAN, PRI y PRD).
El señor Murayama compara al presidente con Mussolini, el señor Córdova amaga con la nulidad (después de que se negaron a realizar la revocación bajo distintos pretextos); ambos repudian la revocación. José Woldenberg, uno de los creadores del instituto y activista de izquierda hace décadas llama a no votar, Ugalde, el consejero presidente que avaló el fraude de 2006, llama a no votar…
¿Qué es el INE entonces?, ¿dejó de ser el vehículo de la democracia para convertirse en operador partidista (si no fue así desde siempre)?, ¿ese es el respeto a las instituciones?, ¿esa es la autonomía que pregonan y defienden?
La mañana de este viernes el propio INE informó que 31% de los mexicanos radicados en el extranjero (hasta ese momento) ya había emitido su voto en la consulta de revocación de mandato, esto pinta para que en ese padrón haya una participación equivalente o cercana al 40%.
En México, los defensores de la democracia, que profesaban firmemente todavía hace un año, que utilizarían la revocación para destituir a “López” porque es insostenible su gobierno, ahora dicen que el ejercicio es antidemocrático y un engaño. Afirmaron que este 2022 el gobierno estaría tan desgastado que no lo avalaría la gente, incluso el Reforma, ¡el Reforma!, le da 66% de aprobación cuando esperaban un revés de apoyo.
Esto básicamente por ignorancia, porque piensan que la mayoría democrática se construye a billetazos y el voto de un obrero vale menos que el de un “empresario”, dirían que un kilo de oro pesa más que un kilo de madera, sin duda. Y como la democracia sólo existe cuando ellos van a la segura de ganar, pues entonces no hay democracia.
Por esta razón, es importante acudir a manifestarse en las urnas, hasta si es para anular el voto, eso es una postura política; pero la no participación, el desinterés y la apatía sólo benefician a los grupos de poder, a los manipuladores facciosos como Aguilar Camín que, por cierto, dijera sobre la revocación de mandato:
“En el 22, muy probablemente, si perdió las elecciones (intermedias) estará tan jodido todo el país porque no se va a recuperar muy rápido, que probablemente pierda la revocación de mandato por pendejo y petulante”.
Una frase que los pinta de cuerpo entero: sí esperan con total mezquindad que el país sea devastado para decir “se los dijimos”, y sólo habrían votado en una revocación ganada de antemano. Ahí, quizá el INE no hubiera dicho algo, si las condiciones fueran adversas al presidente.
Decían unos amigos, previo a un partido de futbol, “si el árbitro está vendido, entonces hay que ganar por goleada”, como sucedió en 2018.
(Foto: LN)
