Leobardo Hernández
Sin duda, uno de los políticos más emblemáticos en la historia de México y del PRI es Adolfo López Mateos, quien fuera presidente del país de 1958 a 1964; reconocido incluso como uno de los mejores mandatarios por los militantes del tricolor, López Mateos fue quien nacionalizó la electricidad, industria que el PRI contemporáneo quiere entregar nuevamente a manos de privados.
Así lo expuso el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien nuevamente emplazó a legisladores priistas a revelarse contra la corrupción y el abuso empresariales, que han comprado a los partidos más grandes del país a cambio de explotar los recursos energéticos de México encareciendo el consumo para los mexicanos “de a pie”.
“Hace falta la reforma eléctrica, es reponer un procedimiento injusto, reparar un daño que se ocasionó en el periodo neoliberal en el cual, mediante el autoritarismo, la antidemocracia, la corrupción, se modificaban las leyes para beneficio de grupos de intereses creados en contra del interés general, en contra de los intereses del pueblo”.
López Obrador también planteó que la reforma de Peña Nieto, además de entregar bienes nacionales a extranjeros, también fomentó la especulación, donde las inversiones que supuestamente se iban a generar nunca llegaron porque los terrenos adquiridos por empresas únicamente se usan como herramienta de especulación financiera.
Sin embargo, aseguró que la nueva Reforma Eléctrica no está pensada para arrebatar sus ganancias ni su infraestructura, “no nos estamos metiendo en eso, se están respetando esas concesiones aun cuando hay incumplimiento, cuando engañaron. Hemos actuado de manera muy responsable para no dar motivo a que pongan el grito en el cielo diciendo de que vamos a expropiar y que no hay confianza para la inversión extranjera, todo eso que utilizan, como en el caso de la industria eléctrica, las energías limpias”.
Tras leer una carta donde López Mateos califica como “malos mexicanos” a quienes pugnasen por revertir la nacionalización de la industria eléctrica como lo hizo el propio PRI de la mano del PAN en 2013, partido, el de Acción Nacional, en el que definitivamente sostuvo no tener esperanza porque nació contra las políticas populares del presidente Lázaro Cárdenas y se ha radicalizado a favor de los potentados.
“En el caso del PAN no se puede esperar mucho. No es justificación, pero el PAN surgió para defender los intereses de particulares, de empresas nacionales y extranjeras. No hay que olvidar que el PAN nace en 1939, un año después de la expropiación petrolera, para oponerse a la política del general Cárdenas. Es un partido, desde sus orígenes, conservador; incluso, hay quienes han estudiado la historia del partido y lo vinculan con grupos o con el pensamiento nazi-facista”.
(Foto: presidencia)
