Desde la Asamblea de Trabajadoras y Trabajadores de Medios de Comunicación contra la Precarización Laboral Tenemos Que Hablar (ATQH) condenamos el cobarde asesinato de nuestra compañera Lourdes Maldonado en Tijuana, Baja California, que se suma también a los lamentables homicidios de Margarito Martínez Esquivel, en la misma ciudad, y José Luis Gamboa, en Veracruz.

Externamos nuestras sinceras condolencias a sus familiares, compañeras y compañeros y exigimos a las autoridades del Estado mexicano que esclarezcan estos casos de forma expedita y se sancione a los responsables. La impunidad no puede ser regla.

Destacamos que las amenazas contra nuestra compañera Lourdes Maldonado se mantenían latentes y no se puede omitir que ella temía un atentado en su contra por haber recurrido a tribunales para exigir indemnización laboral por despido injustificado a una empresa propiedad de Jaime Bonilla, ex gobernador de Baja California.

Uno de los principales problemas que aquejaban a nuestra compañera periodista, era su situación laboral y las consecuencias negativas que le estaba causando la defensa legítima de sus derechos laborales ante un patrón poderoso que llegó a ser gobernador de su estado.

Desde nuestro esfuerzo organizativo, sostenemos que la precarización laboral también asesina periodistas

–en corto, mediano y largo plazo- pues cancela las posibilidades de vida digna para quienes nos dedicamos a garantizar el derecho de información y trabajamos con la libertad de expresión.

Nuestro oficio, considerado de alto riesgo por décadas, no cuenta con el respaldo de gobernantes, ni de los dueños de las televisoras, radiodifusoras, periódicos, portales o cualquier otra actividad del rubro.

Los homicidios y amenazas contra los periodistas se fraguan en los tres niveles de gobierno, en la delincuencia organizada, en las campañas electorales y en los intereses empresariales.

La violencia contra nuestro gremio se da principalmente desde los distintos niveles de gobierno y los patrones de los medios de comunicación que abusan de su poder y nos explotan, no sólo del crimen organizado como se nos quiere hacer creer.

Exigimos que las empresas de medios de comunicación asuman su responsabilidad en la muerte de nuestras compañeras y compañeros. No es posible que dediquen esquelas a periodistas asesinados, pero al siguiente día, desde la comodidad de una oficina mantienen violaciones sistemáticas a derechos laborales fundamentales.

Hacemos un llamado fraterno a reporteros, periodistas, editores, fotógrafos, camarógrafos, diseñadores, articulistas, columnistas, redactores, gestores de redes sociales, a todas y todos quienes trabajamos en alguna rama de la industria a formar una organización gremial que vele y defienda nuestros derechos.

Construyamos un sindicato de clase que sea herramienta para destruir esquemas nocivos para las y los trabajadores de la comunicación. Estar organizados es indispensable para enfrentar a quienes lucran con nuestro trabajo al tiempo de pisotear nuestro amor al periodismo.

Quienes trabajamos en medios de comunicación merecemos desempeñar nuestras labores con seguridad y posibilidades de un futuro digno, porque hasta ahora –para nosotras y nosotros- el porvenir está cerrado.

JUSTICIA PARA LOURDES JUSTICIA PARA MARGARITO JUSTICIA PARA JOSÉ LUIS

JUSTICIA PARA TODAS Y TODOS LOS PERIODISTAS ASESINADOS NI UN PERIODISTA MÁS

POR UN SINDICATO DE CLASE PARA TRABAJADORAS Y TRABAJADORES DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN.

(Foto: Especial Portal)