Ximena Barragán  

Más de 30 millones de jóvenes (entre 15 y 29 años de edad) de la población económicamente activa han reducido su participación en el mercado laboral a partir de la pandemia por Covid-19 en México.  

De ellos, 6.5 millones, en su mayoría mujeres, tampoco estudian y se han incorporado a labores  domésticas y de cuidado  de niños y /o adultos mayores no remuneradas.  

Además de los efectos negativos de la pandemia en la economía mundial, la falta de calificación para el empleo, impide a los jóvenes acceder a una contratación en el mercado formal, y terminan por incorporase a la informalidad, en el sector de servicios y comercio; situación que no sólo pauperiza sus condiciones laborales, sino que trunca su desarrollo a futuro.  

De acuerdo con Cynthia Valeriano, profesora de economía del Tec de Monterrey, esta situación necesita ser atendida con urgencia si se busca reducir el tiempo de recuperación económica, para alcanzar niveles similares a los 2018.  

Para logarlo, considera la experta, es necesario poner atención a la educación técnica, que ha sido “abandonada” en México durante 15 años, y representa una importante oportunidad para desarrollar habilidades y capacidades para el empleo que son requeridas por los sectores económicos,  permitiendo a los jóvenes incorporarse de formas más eficaz al mercado laboral.  

Aunque en algunos estados de la república existen programas de capacitación, como el caso de Instituto de Capacitación y Adiestramiento para el Trabajo en el Estado de México, regularmente presente un indice bajo de casos de éxito, pues cuentan con muy poco presupuesto y esquemas de operación eficientes. A excepción, señala, del caso de Queretaro, entidad en la que se ha logrado reconvertir la vocación productiva, al  alejarse de lo agropecuario y diversificarse como punto de atracción de distintas industrias, a través del refuerzo a la educación técnica principalmente y el aprovechamiento de, espacio geográfico estratégico.  

(Foto: Pixabay)