Emociones “femeninas” y carga social
Claudia Elisa y Gabriela Alejandra López Miranda Integrantes del Círculo Feminista Alaíde Foppa
Un recurso utilizado con frecuencia para demeritar la capacidad analítica de las mujeres es asegurar que nosotras somos, ante todo, emocionales, sensibles, apasionadas. Frente a esto la pregunta más obvia es ¿no existen hombres emocionales, sensibles y apasionados? Por supuesto que sí, lo que sucede es que la sociedad patriarcal subraya dichas manifestaciones en las mujeres, para negar, sutilmente, nuestra racionalidad.
Martha Nussbaum en su texto “Emotions and Women’s Capabilities”, llama la atención sobre el riesgo de atribuir a las mujeres particularidades esenciales, por ejemplo, el hecho de que “seamos más emocionales”. La filósofa norteamericana subraya que los sentimientos están desigualmente repartidos según el sexo, pues los sentimientos son frecuentemente reacciones a situaciones de inseguridad o dependencia y las mujeres, por razones históricas, siempre han estado más expuestas que los hombres.
Es decir, las mujeres no somos más emocionales o menos racionales, per se, Nussbaum muestra que muchas de las expresiones de ira o de inseguridad esencialmente atribuidas a las mujeres, no son más que resultado de ciertas condiciones sociales de desigualdad y presión hacia éstas.
Autoras como Monique Scheer aseguran que las disposiciones emocionales de las mujeres son la síntesis de un orden de dominación masculina, es decir, de una historia hecha cuerpo. La forma en que las mujeres experimentan y expresan sus emociones está condicionada por los límites que imponen las sociedades machistas.
Scheer enfatiza el hecho de que la emoción no es un asunto individual, sino una expresión de la sociedad en que se vive, por eso habla de “historia hecha cuerpo”: las reglas, la narrativa, los valores de las sociedades en las que viven las mujeres, se incorpora también emocionalmente. Así que antes de asegurar que las mujeres son emocionales, inseguras o temerosas esencialmente, revisemos el orden social en el que están inscritas.
Referencias:
- Nussbaum, M. (1995). Emotions and Women’s capabilities. Nussbaum, M. y Glover,
J. (eds.). Women, Culture and Development. Oxford University Press.
- Scheer, M. (2012). Are emotions a kind of practice (and is that what makes them have a history)? A bourdieuian approach to understanding emotion. History and Theory, 51(2).
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