Las mujeres acompañantes y el trabajo que el Estado evade
Claudia Elisa y Gabriela Alejandra López Miranda
Integrantes del Círculo Feminista Alaíde Foppa
Si buscamos la palabra acompañar en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua encontramos un par de definiciones que se acercan mucho al trabajo que realizan miles de mujeres, para responder a un tema que el Estado ha decidido ignorar: la interrupción voluntaria del embarazo.
Acompañar, según la RAE, es “existir junto a otra o simultáneamente con ella” y es también “participar en los sentimientos de alguien”. En México existen organizaciones y mujeres independientes encargadas apoyar a las personas que deciden interrumpir un embarazo no deseado.
El trabajo de estas organizaciones y mujeres valientes no se trata solamente de proveer soporte financiero, información sobre derechos sexuales y reproductivos, u orientación legal; sino de transitar en colectivo por un camino que el Estado con su omisión y la sociedad con sus prejuicios ha vuelto sinuoso y complicado.
Como sabemos, sólo en CDMX, Oaxaca, Hidalgo y Veracruz, la interrupción voluntaria del embarazo es legal, por ello, Aborto Seguro Edomex-Marías, Marías Acompañantes, Rudas Chimalhuacán aborteras, Fondo MARÍA, Fondo de Aborto para la Justicia Social MARIA, Medprochoice, Medicina por el Derecho a Elegir, Mi Aborto, Morras Help Morras, entre muchas otras, son colectivas que trabajan para que las mujeres que quieren interrumpir su embarazo, y que no pertenecen a alguna de las entidades donde el aborto es legal, eviten poner su vida en riesgo.
Las acompañantes informan, orientan, cobijan, escuchan, respetan, cooperan, asumen una tarea titánica, que debería tomar el Estado. Las acompañantes también luchan por acabar con los discursos de odio hacia las mujeres que deciden interrumpir su embarazo y nos recuerdan que, “existimos junto a otras y participamos de los sentimientos de otras” y que a pesar del Estado y a pesar de los prejuicios, seguiremos decidiendo sobre nuestros cuerpos y sobre nuestras vidas.
