28/Mar/2024
Portal, Diario del Estado de México

Confesiones de turista / Colonizadores del turismo

Fecha de publicación:

Aranxa Solleiro

Nací un 13 de noviembre de 1999, precisamente cuando la Revolución Mexicana estaba por claudicar. Mi pá trabaja en los campos donde se siembra caña, es cañero, como quien dice. Mi má trabaja en la fábrica de Don Manuel, él le dio trabajo hace como dos años porque estábamos ya pasando mucha hambre, a mi pá apenas le alcanza para el kilo de frijoles, y de las tortillas ni hablar, preferimos hacernos un platote de caldo de frijoles para que nos llenemos. Por fortuna tenemos al río cerquita de la casa, como a cinco minutos corriendo. Claro, mi hermana y yo preferimos correr, llegar bien sedientos para que nos sepa más rica el agua fría, fresca, aquí hace mucho calor, vivimos en tierra caliente.  

Nos regresamos siempre con cuatro cubetas llenas de agua, casi vomitándose, yo me pongo un palo en la espalda que conseguí de un árbol, uno ya viejo pero macizo y de las puntas le cuelgo las cubetas con un lazo que usa mi papá para amarrar sus pantalones de lana. Ánimas que no se entere porque si lo hace, me agarra a palazos y lloro mucho.  

Llegamos, como decía, bien cansados a la casa, nuestras espaldas cada vez aguantan menos, pero ya nos salieron unos cayos en los hombros y eso, queramos o no, como que nos aliviana el peso. Nos gusta donde vivimos, a pesar de que somos pobres, tenemos muchas plantas, pasto, estamos rodeados de verde. Por la noche salen unas luciernaguitas todas brillosas, mi hermanito les dice “bichos de luz” o “foquitos voladores”, yo nomás me río, es tan chiquito que se escucha curioso. 

Mis pás llegan muy cansados de trabajar a la casa, apenas les alcanza la fuerza para sonreírnos y preguntarnos cómo estamos. A mi má ya le ayudo a hacer la comida, porque ella, la pobresita, sus manitas le duelen de tanto pelar las cañas y echarlas a una máquina grandota donde le saca todo el juguito dulce, bien dulce. Pero, tengo ilusión porque mi pá apenas dijo que ya íbamos a tener una casa más grande o que unos señores iban a venir mañana porque nos darán una casa en otro pueblo, tal vez uno cerca de la ciudad, está bien, aunque extrañaré mis campos, tal vez pueda ir a la escuela por fin, no sé ni leer y ya estoy grandote, ocho años, me siento tonto, admiro mucho a los niños que cargan libros o libretas. ¿Qué se sentirá? Me preguntó.  

Lunes 4 de junio  

Nos quedamos sin casa, los señores nos robaron, le mintieron a mi papá, él trabaja peor que como hace unos meses. Mi má como ya no puede ir a la fábrica porque una de sus manos se hizo daño, trabaja limpiando una casa de una señora con mucho dinero. Vivimos cerca de la ciudad, en un lugarcito donde viven más personas de donde nosotros venimos, dicen que nuestras casas las están convirtiendo en un hotelote, quiero no sentirme triste porque le estamos ayudando a la gente a que venga a visitar nuestro pueblo y así, dicen los señores que nos darán un espacio para vender cualquier cosa, tal vez comida, que mi má pueda vender sus frijolitos ricos o cualquier otra cosa, ella cocina de rechupete. Ojalá, dicen mucho que el turismo nos ayudará, que nos salvará. 

La dominación de espacios a través de una colonización turística, auspicia la destrucción de recursos naturales y la perpetración de la sociedad, la pérdida de lazos entre comunidades por la desterritorialización masiva, por motivos de construcción de espacios turísticos, bajo el entendido de que éstos, traerán una calidad de vida hacia la población que circunda.  

La colonización turística es, en términos puntualizados por Palafox, Zizumbo & Marín (2020) un sector que posibilita la dominación de los elementos básicos de reproducción de la vida, contribuyendo a mantener la hegemonía de las clases dominantes.  

Las dominantes, las que desembocan la acumulación de ingresos económicos en manos de depredadores a cambio de que aquellos que desean alcanzar un grado escolarizado no lo tengan, a cambio de una oportunidad de laborar y permanecer en un estado de tranquilidad. 

El turismo se ha convertido en un factor de descomposición de la cultura, de la reproducción de vida, puesto que quienes nacieron en el espacio que ahora es imperado por sujetos externos, han debido sustraer la riqueza de sus raíces. ¿Entenderemos? 

Confesiones en: Twitter: @aranx_solleiro, Instagram: @arasolleiro y aranxaas94@gmail.com 

(Foto: Especial Portal) 

Tags: en Opinión
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