DON DÁMASO
El castigo del pasado sólo demuestra incapacidad
para administrar el presente o proyectar el futuro.
Carlos Fuentes
PARA GANAR LA PARTIDA SE REQUIERE DE LA ACCIÓN COLECTIVA
PONIENDO LAS CARTAS SOBRE LA MESA: Lo deja muy claro en un mensaje de Twitter el Dr. Francisco Moreno Sánchez, Médico internista e infectólogo. Profesor de Posgrado de Medicina Interna en el Centro Médico ABC: Los mexicanos constituimos el 1.7% de la población mundial. En México han ocurrido el 7.1% de las muertes por #COVID19 del mundo. No es amarillismo, no es tecnicismo y mucho menos ciencia. Es una tragedia llena de negligencia”.Urge liberarnos de los lacerantes efectos de La mediocridad. Las dependencias federales se están caricaturizando a paso veloz convertidas en madrigueras habitadas por gente de la que no nos podemos fiar.
Siguiendo al galeno responsable, lanzó otro tweet: México es el país 156 en pruebas por millón de habitantes para la detección de casos de #COVID19. Sólo Haití en el continente Americano ha realizado menos pruebas que nosotros. Que se necesita para cambiar una estrategia fracasada. Necesitamos desviarnos del camino que lleva a un caos previsible.
El colonizador cuaternario ha dejado muy claro que no se moverá un ápice de ruta que nos mantiene en el lugar 97 de 98 países evaluados por un grupo de investigadores australianos del Lowy Institute. La clasificación estuvo basada en seis medidas contra el #COVID19: Número total de casos confirmados, número total de muertes confirmadas, casos confirmados por millón de personas, muertes confirmadas por millón de personas, casos confirmados como proporción de pruebas y pruebas por miles de personas. Los cinco países peor evaluados son: EUA, Irán, Colombia, México y Brasil.
TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO: Cinco de los peores países en la gestión de la pandemia, tenían algo en común hasta el pasado 20 de enero, eran gobernados por populistas locuaces; afortunadamente nuestros vecinos del norte ya desecharon a uno de los simiescos siniestros, expertos en dividir países y en desafiar a las instituciones democráticas y que de tanta inmundicia que salió de su boca, me produce asco escribir su nombre.
Como lo apuntó Diego Fonseca en el The New York Times: Pocas dudas, si quedase alguna: los gobiernos de Brasil y México ocupan los fondos de la desvergüenza por su pésimo manejo de la pandemia. Y esa evidencia entraña un perturbador problema de fondo: en ambos casos, la ignorancia e improvisación de los funcionarios se alimenta con cinismo. (…) Solo una ciudadanía que regrese a los partidos y a la vigilancia activa de sus elegidos puede poner en caja la propensión al albedrío atropellador del cínico.
MANO GANADORA: Para ganar la partida, se requiere de la acción colectiva, que logre poner en remisión al par de virus que aquejan a nuestra patria: Por supuesto, el prioritario es el #COVID19 y en seguida, el fanatismo encarnado en esas ordas de seguidores que fueron embarcados en un frenesí de revanchismo, catalizador de odios y complejos. Los nacionalismos chabacanos, son el caldo de cultivo perfecto para dividir países, por el contrario, el verdadero patriotismo, es factor clave de cohesión.
PÓQUER FACE: En el póquer, los mentirosos son los primeros en hablar. El depredador cuaternario sigue acumulando records distintivos de su gestión, además del de mentiras por día, habrá que sumar el de muertos diarios, tanto por #COVID19, como por la violencia endémica.
Son tiempos de recuperar el pensamiento del italiano Norberto Bobbio: El fascista habla todo el tiempo de corrupción. Lo hizo en Italia en 1922, en Alemania en 1933 y en Brasil en 1964. Acusa, insulta, agrede como si fuera puro y honesto. Pero el fascista es sólo un criminal, un sociópata que persigue una carrera política. En el poder no vacila en torturar, violar, robar sus pertenencias, su libertad y sus derechos. Más que corrupción, el fascista practica la maldad.
