De acuerdo con estudios clínicos relacionados con la obesidad, las personas con un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 30, hasta en 22 por ciento de los casos presentan algún trastorno afectivo, como depresión; de estos el 12.3 por ciento puede experimentar ansiedad y el 12.8 algún trastorno relacionados con el consumo de sustancias.
Miguel García Conejo
A decir de Brisa Monroy Cortés, especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria, los pacientes que presentan trastornos de depresión, e incluso bipolaridad tienen el doble de riesgo de padecer algún grado de obesidad, ya que son enfermedades que impactan de forma directa en el apetito de las personas en sus hábitos como actividades, motivación e incluso sueño.
“Vemos una interacción muy circular, cómo una condición me lleva a la otra. Y a veces es un poco difícil definir qué empezó primero o qué fue primero, porque tienen muchas cosas en común, por ejemplo, se puede hablar de la regulación del cortisol e incluso los propios medicamentos”.
Con ello, advirtió que existe una relación muy estrecha entre la salud física y mental de las personas que se relaciona con casos de obesidad, expuso, pues, necesidad de abordar la obesidad con un enfoque transdisciplinario, ya que se ha dejado de lado su relación con problemas emocionales o de la salud mental.
“La obesidad es considerada como el principal factor de riesgo para enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión, diabetes. Se asocia a muertes tempranas, pues obviamente la calidad de vida de las personas no va a ser igual que en aquellas que tienen un peso sano”.
Desde 1975 a la fecha en el mundo la población obesa se ha triplicado. En México del 2012 a 2018, tanto el sobrepeso como la obesidad se han incrementado en todo el país, sobretodo en el caso de las mujeres, ya que 76.8 por ciento de ellas presentan algún grado de ésta.
(Foto: Cuartoscuro)
