2020-07-27-la-onda-plana-38

La Onda Plana 64

Verdugos del talento mexicano 

Eric Rosas

Al final de la semana pasada algunas instituciones de educación superior, entre las que se encuentran varios centros públicos de investigación de los que coordina el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), y que cuentan con programas mexicanos de maestrías y doctorados registrados en el catálogo denominado “Programa Nacional de Programas de Calidad” (PNPC) administrado por el CONACyT, comenzaron a tener indicios de que para los ciclos escolares que deberán comenzar a finales de este 2020, tendrán otra reducción sustancial en el número de becas otorgadas por el CONACyT, que ya no podrán ofrecer a los chicos que deseen cursar estudios de posgrado y resultaran calificados para ello.  

Las reducciones, informadas hasta ahora de manera extraoficial, oscilan entre el 20 %, 30 % y hasta el 37 %. Si tomamos una media entre los porcentajes extremos y consideramos que, conforme a lo informado por el propio CONACyT el lunes pasado, hasta el 30 de junio de este año había 50 mil 31 becarios estudiando en estos programas avalados por el PNPC del CONACyT, la disminución de recursos sospechada podría representar una pérdida de aproximadamente 14 mil 260 becas que dejarían a igual número de potenciales estudiantes sin la posibilidad de continuar su preparación profesional especializada. Si consideramos que la administración anterior del CONACyT tenía becados en diciembre de 2018 a 72 mil 733 jóvenes, la reducción acumulada en este año y medio ha dejado ya sin un mejor futuro a un 31 % de jóvenes; es decir, a 22 mil 702 talentosos compatriotas de entre quienes seguían preparándose en los posgrados que se imparten en México. Con el recorte adicional que vendría solamente podría brindar apoyo a 35 mil 771 profesionales de las diversas especialidades de las ciencias exactas, ingenierías y matemáticas; lo que estaría cristalizando un retroceso de 36 mil 962 becas, cercano al 51 % con respecto a los apoyos otorgados por el gobierno federal anterior.  

Estas son ya las primeras consecuencias palpables del discurso de desprecio y menoscabo hacia los científicos y técnicos especializados que López ha inoculado entre sus más serviles colaboradores, como la actual responsable del CONACyT. No es difícil de entender que una persona que tardó casi el doble del tiempo promedio para terminar una licenciatura y a quien le resultó particularmente difícil acreditar la materia de economía, sienta una aversión profunda hacia estos campos del conocimiento en los que la lógica, el raciocinio y el análisis son necesarios. Lo que resulta paradójico es que su directora en el CONACyT, quien se ostenta como científica, sea incapaz de contener el irreversible daño que López le está infringiendo al principal recurso de México: su joven talento humano, y más bien haya aceptado convertirse en la verdugo de estos miles de mujeres y hombres estudiosos que podrían estar destinados a convertirse en la mente de obra que llevara a nuestro país a enfrentar los retos del mundo del futuro en las décadas por venir y que, en cambio, ahora está siendo condenados a laborar como mano de obra en la industria maquiladora y otras de menor aporte de valor agregado, ese que sólo se logra con la implementación de ideas novedosas concebidas gracias a la preparación amplia y profunda como la que se obtiene con estudios de posgrado. Industrias que, además, irán retirándose de México a consecuencia de la carencia de especialistas como los que ahora están siendo abandonados por el CONACyT. 

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas 


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Nacional
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