Teatro Morelos
Cincuenta años han pasado desde su creación, el 5 de septiembre próximo llegará a sus cincuenta y uno; es una fecha en la cual aseguro -con ferviente esperanza- que ya habrán pasado un buen número de presentaciones en su escenario en donde por fortuna, la mayoría de la población toluqueña ha tenido la oportunidad de vivir un festival de sentimientos a través de atender con risas, lágrimas, asombro, gritos, aplausos y silencios magnos, diversos espectáculos que van desde obras de teatro, conciertos, musicales, entrega de papeles de escuelas y concursos que demuestran el talento apabullante de la sociedad.
Xavier Villaurrutia nos enseñó que el teatro es “objetivación o materialización de un poema” y con justa razón nos maravillamos al estar sentados observando a un montón de actores que derrochan un poco de magia por cada una de las 2 mil 600 butacas que existen dentro de él. Cierto, hace más de diez años, el espacio era todavía más pequeño, por lo que se contaba con 400 menos que el número de ahora, pero eso no impedía que sus paredes rebosaran de folclor.
Artistas de todas partes del mundo han pisado su madera y mármol, los que se han instalado con un sinfín de actos cabalísticos en sus camerinos antes de salir a su público y dar inicio a la función. Las luces se apagan y un ensordecedor aplauso se disuelve por cada uno de los rincones que lo conforman.
Las pinceladas de su base arquitectónica fueron diseñadas por sobresalientes arquitectos: Guillermo Shillet, Ángel Azorín Poch, Jesús Valvia y Gustavo Galco, todos dirigidos por el notable ingeniero Armodio del Valle Arizpe quien también fue creador y dirigente del icónico Monumento a la Bandera, que hace escasos 40 años delimitaba el inicio y el fin de la ciudad, llegar a ella era un acto de valentía y también de lejanía. Sin embargo, por motivos de un uso constante, su infraestructura tuvo que verse renovada, trayendo consigo un ambiente dador de frescura.
El Teatro Morelos es una de las reliquias de la ciudad, puesto que es resultado de los inicios de las artes escénicas en la ciudad que datan desde la coronación de Agustín de Iturbide el 21 de julio de 1822 suscitada en la ciudad, lo que permitió el auge de las fiestas y los carnavales realizados. Años después se convocó al hacendado José María González Arratia la construcción en 1828 del primer recinto teatral en Toluca, nombrado “Teatro Coliseo” que fue ubicado del otro lado del río Verdiguel, considerada como frontera natural de la villa de españoles y los barrios indígenas. Es decir, no se situó al sur del convento franciscano donde se asentaba la población española y criolla en casas sólidas y amplias, sino en la parte ocupada por “los indios sojuzgados y empobrecidos que habitaban precarias edificaciones con grandes carencias en una zona populosa y degradada entre el río y la cordillera”, según los datos aportados por los investigadores Ledesma y Rodríguez (2012).
La historia del teatro en México data desde la época prehispánica, que si bien es cierto no tenía un interés lucrativo, sí lo tenía para entretener a la comunidad haciendo representaciones de danzas y leyendas. Hoy por hoy, vivimos un teatro mejor conocido como “independiente” el cual también deriva de obras representadas en las calles (teatro callejero), las cuales indudablemente tuvieron buena aceptación en nuestra ciudad con el primer grupo teatral callejero (1970-1977) dirigido por Leopoldo Flores, Antonio Hernández Jáuregui y Carlos Olvera, los cuales a través de diversas representaciones artísticas llamadas “Arte Abierto”, comenzaron a acercar a la población a la cultura de las artes escénicas, la pintura y la música.
Al día de hoy se cuenta con seis recintos en la ciudad y el más grande de ellos es el Morelos. En el presente, está ausente –al igual que otros- de jolgorio que inspira un acto reproducido en él. Las butacas persisten vacías pero la preparación de los magos que crean aquella atmosfera, se fortalece día con día sacándole provecho al aislamiento impuesto, que bien a bien se sabe y se confirma, no hay artista que no esboce ideas en una soledad y en un encierro que se convierte en mundos de privilegio. El fin del confinamiento llegará y nuestros aplausos se volverán a escuchar.
Confesiones de turista en: Twitter: @aranx_solleiro, Instagram: @arasolleiro , aranxaas94@gmail.com y https://everywherematters.blogspot.com/
(Foto: Aranxa Albarrán Solleiro)
