La  Compañía de Títeres Argot actualmente es una agrupación familiar que ha ganado terreno en entre las preferencias de los espectadores y entre la creciente oferta cultural de la ciudad. 

Marcela Moreno  

Desde hace 30 años Gustavo Arias Tapia e Hilda Olivia Islas les dan vida a seres fantásticos que en pequeños o grandes escenarios cuentan historias dirigidas a chicos y adultos, lo que les permite entrar a mundos alternos y reflexionar sobre temas que ocurren de forma cotidiana, identificarse con los diversos personajes y reír o llorar con las tramas. 

Estas criaturas llamadas títeres pueden ser bocones, marionetas, de mesa, guiñol, de sombras, de varilla o guante, pero sin importar el tipo que sea estos actores narran aventuras a público de todas las edades, como parte de una tradición teatral. 

Ernesto, Virgilio, Colorín, el Jarocho o don José son algunos de los títeres que conforman parte de esta agrupación artística, quienes esperan la siguiente puesta en escena junto a casi 100 muñecos actores.  

Después de estudiar una carrera en arte dramático, Arias Tapia y Olivia Islas encontraron en los títeres un género que les permitió plasmar emociones, ideas y mensajes para todo público, algunos basados en textos clásicos, adaptaciones y textos originales. 

Por ello aseguraron que, aunque muchos piensan que se trata de una expresión que no requiere formación o está dedicado solo para niños, aseguraron que se trata de una práctica que requiere mucho trabajo, estudio y dedicación para obtener un resultado interesante, además de la necesidad ser conscientes del entorno y las maneras en que se puede enseñar y aprender de él.  

“Si el espectador pone atención encontrará una parte de nosotros en cada figura, alguno de nuestros gestos, de nuestra personalidad, cada títere se lleva algo de nosotros" comentó Arias Tapia. 

En este sentido aseguraron que ellos han fabricado cada uno de los personajes, trabajo manual que les lleva hasta tres meses, tiempo en que ponen toda su creatividad, dedicación y cariño hasta tener como resultado una pieza con personalidad y nombre propio. 

“El primer paso es darle forma a la figura que queremos en plastilina, con lo cual hacemos el molde de la parte en yeso, después iniciamos el proceso de empapelado con engrudo; en este punto lo que sigue es unir todas las piezas, se lisan, pintan y arman, a esta altura hay que asegurarnos que funcione cada mecanismo para que articulen bien sino hay que desmontarlo nuevamente” explicaron los artistas.  

Una vez que tiene el cuerpo, dijeron, aún queda trabajo por hacer, "pasamos a la parte de los detalles, pintarlos, escoger los accesorios que vayan con su personalidad y fabricar su ropa para vestirlos". 

Frente a todo este trabajo, reiteraron que se trata de práctica teatral profesional que requiere mucha preparación. 

"Ambos somos egresados de la primera y segunda generación de la Facultad de Arte Dramático de la Universidad Autónoma del Estado de México, y ahí aprendimos que es necesario hacer una adaptación y lectura del texto, además debemos trabajar en el desarrollo de personajes, vocalización, escenografía, etc., a pesar de eso creo que muchos han olvidado su valor" expresó el titiritero. 

Una larga vida cultural en la ciudad de Toluca  

Si bien, aseguraron que hay una idea abstracta de lo que el arte y la cultura deben ser, el espectador debe aprender a mirar la propuesta para identificar los elementos y no despreciar todas las creaciones que no encajan en lo que se ha dicho que debe ser el arte. 

Desde sus propias trincheras, estos artistas comprenden que la cultura tiene una concepción compleja y que además de ser un elemento que une a la sociedad, puede fungir como medio que potencie la exhibición "Hay una idea generalizada de lo que tiene que ser la cultura y la han vuelto elitista, como una producción muy elevada que solo está al alcance de unos cuantos, pero no se trata de eso, tiene que ser algo que llegue a todos porque el arte debe hacerse para compartirse". 

Como ejemplo señalaron que grandes autores encontraron en su realidad social la inspiración para después plasmarlo en su obra y ofrecer un contenido crítico, sensible y accesible para todos, lo cual es parte de lo que busca hacer con la compañía de títeres Argot. 

Al respecto ellos comentan que "la gente conoce las obras que son críticas sociales fuertes, o que tocan la naturaleza humana universal, nosotros tocamos temas más familiares porque es el público que más se nos acerca, por ello siempre tratamos de dar un buen mensaje para que desde tanto grandes como chicos puedan reflexionar sobre sí mismos y sobre su entorno”. 

A pesar de esto de la resistencia que han observado por parte del público, reconocieron han logrado que más gente se interese por estos actores de tela y papel maché; sin embargo, en Toluca la comunidad dedicada a esto es poca y no se ha consolidado un movimiento teatral. Respecto a la vida teatral de la ciudad, estos productores tienen una perspectiva muy alentadora

 "Creemos que por ese lado hay más actividad teatral, cada día encontramos mayor número de egresados de la licenciatura, pero no vemos que exista un movimiento fuerte porque no hay unión y cada quien va para donde puede, entonces aún falta mucho pero no es imposible porque hay muchas propuestas muy buenas”. 

Por último, consideraron que el teatro de títeres es un universo de posibilidad para contar historias, por ello instaron a los adultos a conocerlo y acercar a los más pequeños a este tipo de propuestas. 

"Tenerlos en constante relación con el arte puede resultar en adultos sensibles a esta y otras expresiones, si un niño o un adulto aprende a elaborar un títere abre sus posibilidades imaginativas, de crear y de apreciar el teatro, pueden fabricar su propia figura" comentaron.  

Para concluir invitaron a los interesados a conocer su trabajo por medio de su página de Facebook Títeres Argot donde constantemente comparte su agenda de actividades e información relacionado al teatro y al arte en general. 

(Foto: Especial Portal)