Me encuentro en copas incandescentes de una inolvidable compañía, notas de canciones, nostalgia en letras y un silbido armonizando el recuerdo. Fui el parrandero de emociones, un felino cazando momentos e ilusiones, bebiendo dramas y comedias, viviendo a ras de suelo la gloria de las noches candentes de los desiertos, donde a veces tropezaba con oasis femeninos.
Calidas sinfonías ®
Pasé por las puertas del cielo y del infierno el tiempo necesario para seguir, el veneno que recolecté para suicidarme lo use en el momento justo de vivir eternamente, recuerdo que las añoranzas las ahogue en una cerveza un día de febrero cuando el universo explotó en mis labios y dejó los rosales llenos de sangre.
Perdí muchas vidas en las batallas del amor, naufragué en barcas de pasión que fueron espejismos en lo caluroso de un territorio tormentoso, fui ímpetu desbordado, un gemido en el campo productivo de la piel y una daga envenenada en los abismos del dolor.
Las cálidas sinfonías del viento reconstruyeron lo que el ego destruyó, lo emotivo de la lluvia apagó lentamente los incendios que el orgullo formó, las notas de canciones pasadas dan nuevas versiones al canto de la vida, sin olvidar y guardar respeto a la dedicatoria. Por eso en estos tiempos cuando florece el sentimiento, evito entonar himnos que guarda con dulces recuerdos el corazón, “El rock `n rol de los idiotas” fue un principio de otra etapa en mi vida que ya dejé atrás, hoy no me quedo con las ganas de ser letra, verso, poema; no me quedo en la cama llorando lo que no fue y agradezco a la vida, a las personas, todo lo cultivaron en la tierra fértil de mis sueños.
Perdí tantas batallas, que hoy, después de sobrevivir a la sexta vida, veo la séptima en color esperanza.
