Redacción Portal

Servidores públicos operativos de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) denunciaron discriminación en el uso del estacionamiento para empleados en la sede del organismo, así como trato poco digno a los usuarios.

Los denunciantes, quienes pidieron reservar sus nombres por temor a represalias, explicaron que “para la presidenta Myrna Araceli García Morón hay clases de trabajadores”, ya que tanto sus gafetes como los tarjetones para ingresar al estacionamiento se distinguen por colores de acuerdo con su rango, lo cual consideran discriminatorio.

Agregaron que para solicitar el tarjetón, tienen que cubrir diversos requisitos, además de que se les designaron únicamente 49 lugares de estacionamiento, y los que no alcancen lugar, a pesar de tener el documento, deben buscar dónde dejar sus vehículos, muchas veces en la calle, exponiendo su patrimonio, o bien en estacionamientos en la zona, aunque deban cruzar terrenos baldíos, con pastizales altos llenos de escombro y de fauna nociva, a lo que se agrega el riesgo de ser asaltados.

Señalaron que el resto de los espacios, que son aproximadamente 130, están designados a titulares de la comisión y a una nueva flota de vehículos “supuestamente oficiales” y a una camioneta Ford Territory, vehículos que, aseguraron, fueron comprados a una empresa del esposo de García Morón a costos elevados y designados para la presidenta “y sus secuaces”.

También señalaron actos de corrupción, y mencionaron como prueba la remodelación de la Unidad de Servicios, Orientación y Recepción de Quejas, a un costo de más de un millón de pesos. Sin embargo, afirmaron que desde marzo los usuarios son atendidos en la puerta de la calle, donde habilitaron escritorios y sillas que no permiten la privacidad requerida para la presentación de quejas.

Asimismo, para ingresar al edificio sede, los ciudadanos deben avisar con dos días de anticipación, en caso de que se les agende una cita, y proporcionar sus datos y el motivo de su visita para su ingreso, de no hacerlo, se les niega el acceso y, “en el mejor de los casos se les atiende en la puerta”.

(Foto: Codhem)