Leonor Sánchez

Sólo 30% de casos de acoso sexual en el trabajo se denuncia, estimó el abogado laborista, Alberto Regino Cruz, quien indicó que comparativamente con el año 2012, el número de denuncias ha crecido sustancialmente, pues hace 12 años sólo se denunciaba cinco por ciento de los casos.

“Ahora hay más elementos, el andamiaje legal para que una trabajadora o trabajador de sexo indistinto pueda defenderse es más amplio para proteger sus derechos”, señaló.

Regino Cruz lamentó que como sociedad falte aún mucho para avanzar y evitar que se den casos de violencia y acoso sexual en el trabajo. “Por falta de conocimiento lo generamos, provocamos o lo cometemos”, apuntó.

El acoso laboral o violencia en el trabajo puede poner en riesgo la vida del trabajador, su seguridad o su salud, el acoso sexual es una perturbación que pone a la mujer en una situación de vulnerabilidad.

Lamentablemente, dijo, a pesar de que ahora también los hombres pueden sufrir de ese abuso o acoso sexual dentro del trabajo, siguen siendo mujeres a quienes con mayor frecuencia les ocurre.

Este tipo de violencia que sufren las mujeres puede ser tanto horizontal como vertical, es decir, de jefe a subordinadas o entre pares, “incluso hay casos donde ella es la jefa, pero, por su condición de mujer, sus subalternos, aún así pueden ejercer algún tipo de violencia”, en este último caso, refirió que principalmente se da con aquellas personas más jóvenes.

En el caso de los hombres, el acoso puede iniciarse como un juego o algún caso vinculado con corrupción dentro de la empresa

Acoso sexual se ha normalizado

“Se ha normalizado el acoso sexual que sufren no sólo las mujeres, sino también los hombres en los centros de trabajo”, Delegada Sindical.

Hablar de acoso sexual en el trabajo sigue siendo un tabú, afirmó la Delegada sindical que pidió discreción de su identidad, pues sólo hasta que ese abuso llega al extremo es cuando se da la denuncia, “el trabajador lo expone a sabiendas de que perderá su fuente de ingresos, incluso si legalmente lo conserva, sabe que no podrá seguir trabajando en ese lugar.

Al exponer las experiencias que conoce, indicó que las normas sociales se han flexibilizado y eso ha hecho que tanto hombres como mujeres lleguen a ser víctimas “permisibles”, es decir, que inicialmente permitían que los tocaran, abrazaran o besaran, al momento de saludar, durante la convivencia de la jornada laboral o al despedirse, y eso hace que se caiga en mal entendidos propiciando el abuso”.

(Foto: web)