Martha Romero
Si bien, la salida de Victorino Barrios Dávalos del Órgano Interno de Control del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), oficialmente se atribuyó a “motivos personales”, en los pasillos del Instituto se habla de un choque de intereses con altos funcionarios, entre ellos el secretario de Finanzas, Óscar Flores Jiménez.
Y es que Barrios Dávalos presentó el pasado 1 de julio su renuncia de manera irrevocable como titular de la contraloría del ISSEMyM, lo que confirmaron fuentes oficiales el pasado viernes 4 de julio, dimisión que se presenta en medio de una serie de denuncias sobre presuntos actos de corrupción al interior del instituto.
En noviembre de 2024 fue designado por la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, por lo que con la promesa de combatir la corrupción tomó las riendas del Órgano Interno de Control del ISSEMyM, después de que en septiembre de ese mismo año concluyera su gestión al frente del Órgano Interno de Control de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex).
Durante su gestión de apenas siete meses, Barrios Dávalos denunció la existencia de una red de corrupción, especialmente en el área de compras, considerada clave en la crisis de desabasto de medicamentos en las farmacias de clínicas y hospitales del Instituto, lo cual ha sido denunciado en reiteradas ocasiones por los derechohabientes.
Además, inicio una auditoría interna que derivó en señalamientos públicos sobre adjudicaciones directas de contratos, incapacidades médicas fraudulentas y compras infladas de insumos médicos.
Sin embargo, al intentar hacer públicos sus hallazgos, le indicaron que su trabajo no sería tomado en cuenta y su informe quedó sin seguimiento.
(Foto: Especial Portal)
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