tlajtoli

Tlajtoli*

Realmente disfruto mucho las películas cuyo idioma central no es el inglés; sobre todo aquéllas que mezclan varios idiomas. Son como un punto-espacio donde se encuentra el mundo. Sin lugar a duda, el primer film que me atrapó por esta razón fue Der Himmel über Berlin. En este ejercicio memoria, pienso en Retorno a Aztlán; otros títulos vienen en cascada: Les traducteurs/Sueño en otro idioma/Inglourious Basterds/Biutiful/El abrazo de la serpiente/Guten Tag, Ramon/Arrival/ Erendira Ikikunari/ The Interpreter y pare, usted, de contar.

 Mi objetivo no es hablar de cine, si no de esos punto-espacio donde convergen los seres humanos con su lengua, su cultura. Como el otro día, el llegar a mi trabajo, fue como llegar a una reunión en la ONU: pude escuchar palabras en nepalí, risas en portugués, historias en armenio, preguntas salpicadas de inglés, el español como música de fondo, susurros en quekchí y recuerdos en uzbeko. Todas esas voces buscando la esperanza; huyendo de la guerra, el maltrato, el olvido y la pobreza. Migrantes que, por una u otra razón, se encuentran en un lugar, en el cual no imaginaron estar.

 Mas las migraciones y la mezcla de lenguas no es cosa de movilidades humanas modernas. En el libro de Génesis 11:1-9 se cuenta la historia de Babel, ciudad donde todos se comunicaban con el mismo idioma y Yavé decidió confundirlos al otorgarles diferentes lenguas, de esta manera ya no podrían seguir construyendo la torre. En realidad, Yavé le dio a la humanidad la facultad de ser diferente, de crear cosmovisiones diversas. Una situación similar sucede en la zona Kiché, pues el Popol Vuh nos cuenta:

 Y entonces llegaron los pueblos, los de Rabinal, los Cakchiqueles, los de Tziquinahá y las gentes que ahora se llaman Yaquis. Y allí fue donde se alteró el lenguaje de las tribus; diferentes volviéronse sus lenguas. Ya no podían entenderse claramente entre sí después de haber llegado a Tulán. Allí también se separaron, algunas hubo que se fueron para el oriente, pero muchas vinieron para acá.

 Por desgracia, la riqueza lingüística se fue perdiendo con la fuerza del colonialismo que nos ha enseñado que las lenguas europeas son las únicas válidas para crear/difundir el conocimiento. Justo ahora recuerdo que cierto profesor, de cierta facultad de humanidades aseguraba que la única lengua, con la cual se podía reflexionar/escribir/crear Filosofía, es el alemán. Con esta falacia, se afirma que el resto de las naciones y culturas no pueden reflexionar sobre la vida/el ser. Bueno, por otro lado, ese profesor se cerró las puertas a la Filosofía porque no sabe hablar alemán. 🫠🙃

 Por otro lado, es indispensable no olvidar que la construcción de las naciones fue un evento violento para muchas naciones. El fascinante siglo XIX reforzó el colonialismo en aras de la democracia, la libertad y la Nación. Muchos países, como el nuestro, vivieron un proceso de desindianización, lo que representó la pérdida de más de la mitad de las lenguas habladas en siglos anteriores. Se calcula que en el siglo XV existían alrededor de 350 lenguas y el 60% población hablaba alguna de ellas. En el siglo XXI, tan solo existen 68 y con solo 5.8% de población hablante. Por desgracia, muchas de esas voces están por extinguirse (Sobre el tema, les recomiendo la película Sueño en otro idioma).

 Pero no todo está perdido, intelectuales indígenas importantes, como Yasnaya Aguilar, quien, en su libro Ää: Manifiestos sobre la diversidad lingüística, realiza un estudio a profunidad sobre las diversas problemáticas a las que se enfrentan las lenguas indígenas en el siglo XXI.


No podemos hablar de lenguas minoritarias, sino de lenguas minorizadas.
Yasnaya Aguilar


 Finalmente, es indispensable mencionar que uno de los punto-espacio más importantes del mundo es el Google Traductor que cuenta con 243 idiomas, entre ellos el nahuatl y esto gracias al trabajo de la ingeniera indígena hidalguense, Gabriela Salas.

 *Al colocar la palabra lenguas en el traductor de Google al nahuatl, me arroja como resultado Tlajtoli, título de la reflexión de hoy.

 Espacio de reflexión decolonial sobre el mundo mesoamericano y

las naciones indígenas del siglo XXI

ipalnemohuani77@gmail.com

ig: @oquetzacamino  

 


Columnista:
Carla Valdespino Vargas
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