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La columna del Vigía | Por el Vigía de la 4T


Las comparecencias de los secretarios del gobierno estatal son una buena oportunidad para advertir sus capacidades en el cargo y también sus deficiencias. Es una pasarela donde, sin que parezcan darse cuenta, prácticamente se “desnudan” ante el público.

Y lo mismo ocurre con los diputados que intervienen para cuestionar a los funcionarios: muestras de ignorancia en los temas que se tratan, contradicciones, bravuconearías, torpezas y amnesia selectiva entre muchas otras poses y arrebatos legislativos le dan colorido a este desfile que por momentos parece un duelo de incompetencia.

Comentamos hoy brevemente la comparecencia del Secretario de Bienestar, Juan Carlos González, a quien varias diputadas y diputados lo cuestionaron por la posibilidad de que los programas sociales del gobierno de Delfina Gómez sean utilizados con propósitos clientelares, como sucedió en anteriores gobiernos. Pregunta retórica porque ni modo que el aludido dijera “sí, estamos haciendo nuevas amistades a través de la tarjeta del bienestar”.

Entre los cuestionamientos más severos estuvieron los de la diputada perredista Araceli Casasola Salazar, quien aseguró en sus intervenciones que los operadores de los actuales programas del bienestar dirigidos a las mujeres son los mismos de la Tarjeta Rosa de Alfredo del Mazo. Ante una pregunta tan de ultratumba el secretario se quedó con los ojitos cuadrados como diciendo “¿What?”.

Pero la diputada continuó sus sesudas preguntas y afirmaciones “demoledoras”, como cuando dijo conocer testimonios de mujeres “ahí abajo” que cumplieron con todas las características de todos los programas, sin embargo, “no resultaron beneficiadas con el apoyo por cuestiones partidistas”. 

Reprochó también que los 2 mil 500 pesos bimestrales que se entregan a las mujeres no son suficientes para darles de comer a sus hijos los 365 días del año. Y esta vez quienes pusieron cara de “¿What?” fueron casi todos los presentes. Porque es de todos conocido que lo que se entrega son ayudas, es decir, complementos o apoyos que no pretenden resolver todos los problemas y necesidades de las familias beneficiadas, pero constituyen una valiosa tabla de salvación para combatir las miserias en las que los gobiernos prianistas, apoyados por su aliado, el PRD, hundieron a millones de mexiquenses, especialmente en el sexenio de Alfredito del Mazo. Solo que la memoria y la comprensión de la diputada no alcanza para entender eso.

Otro profundo señalamiento fue que con la entrega de canastas alimentarias, este gobierno de la 4T están haciendo lo mismo que el anterior, pues tiene la sospecha que se trata del mismo proveedor. ¿O sea? ¿Qué quiso decir?

Y así le siguió la diputada, ya encarrerada en su papel de opositora que cuestiona sin piedad lo que antes solapó y abiertamente apoyó ella y su partido. 

El secretario respondió que solo en este primer año de gobierno de Delfina Gómez se ha llegado al 92 % del padrón completo de la Tarjeta Rosa en todo el sexenio, 629 mil beneficiarias. También dijo que han recibido millón y medio de solicitudes, y que todas las mujeres que cumplan con los requisitos recibirán los apoyos, sin importar a qué partido pertenezcan, pero se dio prioridad a mujeres con mayores carencias y que hay una lista de espera.

Sobre las personas que antes entregaban la Tarjeta Rosa, el secretario desmintió lo dicho por Araceli Casasola, y aseguró que ahora se entregan los beneficios sin intermediarios.

A propósito de los proveedores, dijo que se eligen por licitaciones públicas y no por dedazo. 

Lo anterior son solo botones de muestra de las “complejas” y profundas intervenciones de algunos diputados que hoy dicen lo que antes callaron.

Mañana le seguimos con otros.


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