Uno de los proyectos de Café Tacuba que más me ha gustado es el disco “Revés / Yo soy”. No sé mucho de música, pero pienso que ha sido la propuesta más experimental que han generado. Desde la portada, (con ese cerebro humano empaquetado y su código de barras correspondiente), hasta llegar a cada uno de los espacios sonoros creados a partir de sonidos cotidianos o, no tanto.
Recuerdo haber comprado el CD en una tienda de Los Portales de Toluca, lugar ahora extinto. Tantos años han pasado que ya ni siquiera tengo dónde reproducir el disco y debo recurrir a la internet para escucharlo y, dicho sea de paso, no en todas las plataformas está mi espacio sonoro predilecto, La 10.
La 10: Un zapateado de “danza folclórica”. Ese ecosonido tan peculiar que se produce al “golpear” el piso de madera con los tacones especiales… con el danzar del cuerpo. El zapateado va in crescendo hasta llegar a la distorsión. En el minuto 1:57, se escucha la voz de la maestra dando indicaciones: Suben el pie…continua la luxación del zapateado hasta convertirse en ondas expansivas y llegar al silencio.
Para mí, el zapateado solo correspondía al mundo de la danza de folclórica, pero con La 10, fue la primera que lo escuché fuera de “contexto”. Y digo primera vez porque hace un par de días, scroleando, me encontré con el video titulado:
Mi psicóloga: el baile chuntaro jaracho no existe 🙃👇🏽
Durante una Gala Folclórica, tres jóvenes de la Agrupación Folclórica Bailadores de Corazón decidieron dejar atrás el son jarocho y bailar al ritmo de Chúntaro Style, canción de “El gran silencio” con la que se introdujeron, al centro del país, las expresiones contraculturales (dancístico-musicales) de Monterrey, que hoy han evolucionado a la llamada “Cumbia rebajada”, música que tomó fuerza gracias a la película Yo ya no estoy aquí.
Regresando al video del baile chuntaro jaracho.
Originalmente el video apareció en el TikTok @jorgemzr cuyo contenido está dedicado al zapateado del son jarocho; ahí recibió 1983 comentarios que, en su mayoría, versan sobre felicitaciones a los bailarines por la fascinante amalgama musical. El 15 de agosto, la página de noticias, e-consulta veracruz, comparte el video en su página de FB y, es ahí, donde recibe más 3mil comentarios, para ser exacta 3, 700. A diferencia de TikTok, la gente opina que están deformando la “danza folclórica”. En respuesta, los jóvenes explican que, a esa propuesta artística, le llaman danza experimental, en la cual fusionan la técnica del folclor con otras expresiones sonoras. Los bailarines se asumen como artistas callejeros.
El tema del zapateado “fuera de contexto” se presta para varias reflexiones; centrémonos, por cuestiones de espacio y tiempo, en los comentarios que se inclinan por la supuesta deformación del folclor, protesta que no surgió, hasta donde yo sé, con el espacio sonoro creado por Café Tacuba. esto nos lleva a preguntarnos ¿por qué a algunos artistas sí se les “permite” deformar el zapateado jarocho y a otros no? Una pregunta más surge en mi mente, ¿por qué sí se es factible hablar de danza contemporánea y no de danza experimental folclórica?
Seguimos pensando, quizá, que existe la alta cultura y la cultura popular. Seguimos pensando que las cultura no debe transformarse, revitalizarse. Quizá y solo quizá pensamos que hay ciertas expresiones que no deben cambiar, como la danza folclórica, pensamos que, quizá y solo quizá, funciona como una suerte de museo, donde todo está ahí muerto solo para ser observado, solo para la foto. Tenemos miedo de que toquen nuestra tambaleante identidad mexicana.
Por mi parte, ya sigo a @jorgemzr, quien baila de una manera extraordinaria. Y, también ya ubiqué la plataforma donde puedo escuchar La 10.
Espacio de reflexión decolonial sobre el mundo mesoamericano y
las naciones indígenas del siglo XXI
ipalnemohuani77@gmail.com
ig: @oquetzacamino
Columnista: Carla Valdespino Vargas |
Vistas: 374 |