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El pastor Pastor.

En el inicio del nuevo mileno en el que el PRI perdió por primera vez la Presidencia de la República, a los gobernadores priístas que eran la gran mayoría, fue lo mejor que les pudo pasar, pues se libraron del yugo del poder presidencial, del “primer priísta del país” para convertirse en amos absolutos de sus respectivos terruños, “los virreyes” les decían, y el del estado más poblado y con mayor presupuesto no fue la excepción, con Montiel, el del oficialmente negado “Grupo Atlacomulco” (politiquillos de pueblo, que no del pueblo, enriquecidos al amparo del poder político que tuvo no en Isidro Fabela sino en Hank González su prototipo e ideal) que tuvo el sueño guajiro de ser presidente de México mientras adelantaba su propia sucesión. Impuso en la presidencia estatal del PRI a otro “atlacomulca” hasta entonces desconocido, diputado local y después Secretario de Acción Electoral del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI mexiquense, Isidro Pastor Medrano, quien al llegar se rapó e inició una etapa nunca antes vista, cargada de parafernalia vistiéndose como militar al igual que algunos de sus lambiscones. Impuso su unipersonal visión queriendo “revolucionar” según él, a su partido incluso a nivel nacional desde el del Estado de México, queriendo “atlacomulquizar” al priísmo nacional al que le quiso imponer su “reforma” que incluía la desaparición de los sectores y organizaciones, entre otras propuestas montielistas, no pastrorcistas, bajo el slogan de “por tu causa la reforma” y los entonces priístas “tradicionales” fuimos hechos a un lado para privilegiar a las nuevas estructuras que se inventó el nuevo dirigente, como “nación alternativa”, que vulgarizó la política priísta estatal con la imagen de huevos ganándose la mote de “comandante huevo”, haciendo sus “misas negras” en sus sesiones de consejo político y asambleas, así como en la toma de protesta de sus candidato, provocando la burla de los medios nacionales, pues no hablaba ni actuaba como dirigente político sino como el líder de una secta de fanáticos religiosos a los que quería ver vestidos de verde olivo y rapados, al más puro estilo de los “skindhead” neo nazis europeos. Llegó a tal nivel la megalomanía del pastor Pastor, que se sintió candidateable a la gubernatura mexiquense de 2005 y cambió con los líderes de las estructuras sectoriales, adherentes y territoriales a las que había ninguneado, pero estos fueron citados a la residencia del Gobierno del Estado de México en las Lomas de Chapultepec, en la calle de Explanada, donde el propio Montiel les dijo que Pastor no era el elegido a sucederlo. Después nos citó a varios cuadros, entre líderes políticos y consejeros políticos estatales en las instalaciones de Sedagro. Otras reuniones se hicieron en conocido hotel del Paseo Tollocan para firmar por escrito la incondicionalidad al Primer Priísta del Estado. En el ya mencionado complejo de Metepec, Montiel se hacía acompañar de su sobrino Peña Nieto, quien en un encuentro en el que yo estuve, delante de los ahí presentes le dijo a su tío que él era el jefe político y que él tomaría su decisión y que a los priístas nos tocaba acatarla. Pastor rompió con sus más cercanos del CDE porque éstos se “disciplinaron” con “el Señor Gobernador”, quien cada año festejaba en grande su cumpleaños en la casona de Paseo Colón con una larguísima fila de lambiscones priistas que iban al “besamanos” y a dejarle su regalo, y en el de 2004, el regalo de Pastor, (quien pocos días antes había vivido en carne propia la toma del edificio de la sede partidista y el rompimiento violento de una asamblea pro pastorcista en Ecatepec, ambas por el propio GEM priísta siendo alcalde Ávila Villegas), fue su renuncia como presidente estatal del PRI, y anunció que se registraría como candidato a gobernador en un proceso como siempre amañado y controlado en el que Montiel dio la señal de que su elegido era su sobrino Peña Nieto, al registrarse éste acompañado del padre de Montiel. En la sesión del Consejo Político Estatal de diciembre de 2004, presidida por el Delegado Especial del CEN del PRI con funciones de Presidente, Manuel “El Meme” Garza, quién venía del bellísimo estado de Tamaulipas, Pastor la reventó entrando violentamente acompañado por los suyos, entre ellos los “pepes”, José Manzur y José Rangel con porros del Valle de México, por lo que el Consejo Político se interrumpió, pero horas después, una comisión expulsó a Pastor Medrano del proceso de “selección” de candidato a gobernador en ese mismo diciembre de 2004, pero Pastor terminó renunciando al PRI y anunció el surgimiento de “La Pastormanía”, pero fracasó y terminó sumándose a la campaña del entonces candidato del PAN, el ya finado Rubén “El Feo” Mendoza Ayala (fallecido en 2016) junto a pocos priístas como la lideresa del SMSEM Trinidad Franco Arpero, hasta hace poco funcionaria cercana a la Gobernadora Delfina Gómez Álvarez. Peña se impuso como gobernador en una de las campañas más caras de la historia que superó al costo de campañas presidenciales de Estados Unidos, con un evidente rebase de tope de gastos de campaña que quedó impune como la presidencial de 2012 con la compra del voto. Pastor desapareció de la escena política mexiquense, y solo mexiquense porque nunca tuvo proyección nacional. Montiel que había preparado su proyecto presidencial desde mucho antes, tuvo que renunciar a su sueño guajiro tras un escándalo de “presunta” corrupción que involucraba a dos de sus hijos (“tontos no son” presumió en esos días) dejando el camino libre a Roberto Madrazo Pintado, a quien varios priístas mexiquenses de ese entonces apoyamos, teníamos nuestra oficina en la calle de Villada, pero obviamente el priísmo mexiquense no apoyó a Madrazo y nos dejó solos, dándose un tiro en el pie porque se llevaron su peor derrota hasta entonces, y por primera vez el PRI mexiquense no tuvo senador en la cámara alta. Peña construyó su proyecto presidencial con cargo al erario en los medios, principalmente en Televisa que hasta primera dama del estado y después del país nos impuso, la peor y más cara telenovela que hemos pagado los mexicanos, la peor farsa. Y mientras, Peña no pudo imponer a su primo el júnior Alfredo del Mazo “III” en la gubernatura, pues se le impuso Ávila Villegas, quien ya despachando en Lerdo 300, para sorpresa de todo el priísmo, sacó del sarcófago a Isidro Pastor incluyéndolo en su gabinete, pero duró poco y volvió a traicionar para ser candidato “independiente” a gobernador, pero solo hizo el ridículo y nuevamente se perdió de la escena política. Hace poco volvió a aparecer, en reuniones de Montiel con políticos sombrerudos de pueblo, verdaderos cadáveres políticos que ya no representan nada, excepto uno: Mario Santana Carbajal, el único priísta que nunca ha perdido una elección, con un solo columnista depositario de sus filtraciones nada trascendentes, y entrevistas “exclusivas” que no interesan a nadie. Esas reuniones han continuado en otros pueblitos mexiquenses, y en esa coyuntura se anunció ayer la detención de Isidro Pastor. Se rumoran varios los motivos, pero ningún comunicado oficial hasta el cierre de la presente edición. Esta historia ¿continuará? ¿tendrá algún impacto? ¡Hasta la próxima! Y recuerden, no son inventos sino el recuento de mis vivencias y experiencias ... Comentarios y mentadas: godinezalfonso@hotmail.com        


Columnista:
Alfonso Godínez Mendiola
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