Teóricamente los partidos políticos en México se financian por todos los mexicanos. ¡Sí! Le guste o no uno o varios partidos, vote por el que vote e incluso si no vota por partido alguno, Usted los financia a todos con sus impuestos, por eso se le denomina "financiamiento público”, y la razón histórica de ello es evitar que el financiamiento privado compre el ejercicio del poder para que protejan sus intereses. Aun así, sí se permite a través de aportaciones de los militantes de dichos institutos políticos, pero es limitado. Sin embargo, aquí viene lo bueno, lo real de quiénes y cómo sostienen económicamente a todos los partidos políticos hoy en día, pues recordemos que desde la “era de la alternancia” todos ellos ya tienen espacios de poder que van desde regidurías, sindicaturas y, sobre todo, alcaldías. Solo Morena, PRI, PAN, MC y PVEM tienen gubernaturas, por lo que todos ellos tienen acceso al erario, y no vamos a decir aquí que los gobernantes meten mano al presupuesto público para incurrir en el delito de desvío de recursos a sus respectivos partidos políticos (porque no tenemos pruebas, pero tampoco dudas y menos quién esto escribo que ha operado electoralmente durante más de la mitad de su vida en distintos procesos electorales) y más, antes y durante las campañas así como el día de la jornada electoral, para gastos en propaganda, promoción del voto y, sobre todo, para la “movilización” de los “promovidos” que incluye la compra del voto, de ahí que solicitan la fotografía del sufragio para poder pagarlo, e incluso un partido con nombre de color diseñó un esquema de compra del voto a través de códigos QR para evitar pagar más de una vez el mismo sufragio. Pero en periodos no electorales, cuando no hay campañas, los partidos políticos necesitan por lo menos pagar la nómina de su personal, la renta de los inmuebles de sus comités municipales porque los nacionales y gran parte de los estatales son propios, no así los municipales que en su gran mayoría son rentados. En cambio, en campañas, y sobre todo el día de la jornada electoral, circula mucho dinero en efectivo, en cajas de huevo, y la policía lo sabe por experiencia, de ahí que hemos sabido de casos de operadores electorales detenidos con grandes cantidades de dinero en efectivo sin poder justificar su posesión, o el caso del entonces senador del PVEM, el odioso y mega déspota Arturo Escobar y Vega que fue detenido en un aeropuerto de Chiapas con casi un millón y medio de pesos en efectivo en pleno proceso electoral. O el caso más escandaloso, el de dos colaboradores del tristemente célebre Javier Duarte, entonces gobernador priísta de Veracruz y hoy preso por corrupto, quienes en plena campaña presidencial e 2012 del corrupto y vende patrias de Peña Nieto, fueron detenidos en el aeropuerto de Toluca con 25 millones en efectivo que obviamente eran para la campaña del nefasto mexiquense, quien en una reunión privada, demasiado privada (a puerta cerrada) les habría pasado la charola a sus gobernadores priístas para su campaña, y cuando uno de ellos le cuestionó sobre las aportaciones de empresarios, el susodicho habría respondido que ese dinero era para él, no para su campaña, y ya como presidente, Peña fue demasiado distante con el gobernador de ese bello estado. Y ya que lo mencionamos, los pases de charola fueron el sello de los gobernantes priístas. Recordamos cuando Salinas de Gortari, citó en 1993 a los empresarios más prominentes del país a quienes había beneficiado con las privatizaciones para pedirles dinero para el tricolor para la campaña presidencial de 1994, en la que presuntamente el entonces dueño de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo, habría fanfarroneado diciendo que le había ido tan bien con Salinas, que estaba dispuesto a aportar más y algunos comentaron que ya que Emilio estaba tan generoso, aportara por ellos. Años después vinieron más escándalos como “Los Amigos de Fox” con el ex presidente panista de dudosa salud mental; el “Pemex Gate” con el priísta Francisco Labastida o el “Caso Monex” o las tarjetas de Soriana con Peña Nieto, entre otros. El Estado de México no fue la excepción, y para la elección de gobernadora de 2023, una muy conocida lideresa empresarial me comentó que el júnior gobernador Del Mazo III nunca los trató bien, pero que sí les pasaba la charola, y le dieron, pero no lo apoyaron políticamente y menos para la campaña de ese año y, bueno, Ustedes saben lo que pasó después y cómo correspondió la mandataria a esos empresarios una vez que asumió el cargo, eso por citar uno de tantos ejemplos que podría citar más, pero me faltaría espacio. En la década de los 70 tuvo tanto éxito una película que puso de moda a la raza de perros dóberman que se filmaron más secuelas, y en una de ellas, la sede de un partido político es asaltada por esos canes llevándose el dinero de la caja fuerte, cuando la secretaria está a punto de llamar a la policía, su jefe se lo impide diciendo que no pueden denunciar lo de un dinero cuya posesión era ilegal, y ese mismo esquema se ha reproducido, pues en algunos estados los encargados de entregar dinero en efectivo llegan a ser asaltados y se tiene que callar el hecho. Supe de casos en Chiapas o en Nezahualcóyotl donde hubo muertos y se evitó hablar del tema. Por décadas fue el sello y práctica del PRI, como dijimos al principio, en los tiempos del “partido prácticamente único” como dijo el propio Salinas de Gortari una vez consumado el fraude electoral de 1988, pero, reiteramos, ahora ya todos los partidos políticos están en condiciones de hacerlo, y aquí no cabe la cantaleta de “no somos iguales” porque resulta un insulto a la inteligencia. ¿Partidos políticos ricos con pueblo pobre? ¡Hasta la próxima! ... Comentarios y mentadas: godinezalfonso@hotmail.com
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Columnista: Alfonso Godínez Mendiola |
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