Martha Romero
Tanto el bullying como el ciberbullying son asesinos silenciosos y México ocupa el primer lugar a nivel mundial con 270 mil casos registrados, mientras que la Ciudad de México pasó de 12% a 15% de casos y el Estado de México ocupa el segundo lugar al registrar 800 reportes de violencia escolar, indicó la vicepresidenta de la asociación civil ‘Juntos por un Mejor Presente’, Magdalena Velázquez Velázquez
Al impartir la videoconferencia ‘Prevención del Bullying’ añadió que en los últimos cuatro años 5 de cada 10 niños y adolescentes que eran víctimas de acoso escolar o ciberbullying, aumentaron a 7 de cada 10, y se observó el aumento del problema con la contingencia sanitaria por el Covid-19, ya que en 2022 y 2023 con el regreso a clases tanto en escuelas públicas como privadas las situaciones de violencia se dispararon hasta 90% más que en años anteriores.
Indicó que, de acuerdo con el informe Bullying Sin Fronteras, 5 de cada 10 adolescentes de entre 12 y 18 años han sido víctimas de ciberacoso o ciberbullying, principalmente a través de las 4 principales redes sociales denominadas “tóxicas”, que es por donde reciben más mensajes negativos.
Explicó que en el bullying hay acciones violentas sobre una misma persona, agresiones físicas y psicológicas, desigualdad entre el agresor y la víctima, y sobre todo, la intencionalidad del agresor de hacer daño, por lo que es importante que si en la escuela reportan alguna conducta inadecuada de los menores, las madres y los padres de familia deben hablar sobre el tema para solucionarlo porque la negación es la peor forma para atenderlo.
Velázquez Velázquez detalló que hay diversos tipos de acoso escolar como el físico directo y físico indirecto, el verbal, psicoemocional, sexual y el ciberacoso o ciberbullying, así como diferentes modelos de atención como el socioafectivo, el cual fomenta la empatía y el basado en el trabajo comunitario, donde todas las personas de la comunidad educativa trabajan en el tema.
Por ello, dijo, para lograr el modelo constructivo de convivencia se debe realizar a través de una educación formativa con proyectos específicos que ayuden a fortalecer la integridad personal.
Precisó que los agresores reflejan que hay algo inadecuado en su contexto, por lo que no se deben estigmatizar sino fomentar una cultura de atención tanto para víctimas como para los acosadores y ver en qué situaciones viven, las características físicas, culturales y económicas.
Finalmente, señaló que al ser detectado, se debe dar atención oportuna a la víctima y al victimario para disminuir el porcentaje de casos de bullying a través de la prevención e intervención del personal educativo.
(Foto: web)
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