Gilda Montaño
Rubén Aguilar, Los Mitos del Gobierno, de 1920 a 2016.
Un día tuve el privilegio de ser alumna de Rubén Aguilar, en una maestría de Comunicación Estratégica Gubernamental. Estoy hablando del mismo vocero, ex guerrillero, ex jesuita, gran comunicador social, el que siempre corregía al presidente Fox y decía: “Lo que el presidente quiso decir es…” La verdad, era genial. Maestro de la Ibero, hombre mega culto, inteligentísimo, estudioso de la política pública de este planeta, y conocedor de México. Aquí haré, si usted me lo permite, dos entregas de su libro: Los Mitos del Gobierno, que abarca los años de 1920 a 2016.
En el texto se hace un análisis sintético de los mitos de gobierno que han existido en México en los últimos cien años. Se ubican, a grandes rasgos, tres etapas: 1) Los 80 años que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se mantuvo en la presidencia de la República de manera ininterrumpida; 2) La llegada de la alternancia y los 12 años sucesivos de gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN); 3) El regreso del PRI a la presidencia de la República.
Aquí no se añade todavía la caída del PRI y la venida estrepitosa de un nuevo partido que, con su presidente, acaba de mandar al “Carajo” a todos los ricos, medio ricos y toda la clase media, y media baja del país, vamos a los que conocemos como los Fifís, allí merito.
En la primera etapa se distinguen cuatro momentos cada uno de 20 años. En los mismos, de manera rápida, se caracteriza el mito de gobierno, se explica el contenido del mismo, se da cuenta del discurso que lo expresa y señalan las diferencias que existen entre estos periodos.
La segunda etapa corresponde al primer gobierno de la alternancia que ocurre en 2000 al que sigue, de otro gobierno del PAN. En este apartado se desarrollan los mismos temas señalados en el párrafo anterior. La tercera aborda el regreso del PRI a la presidencia de la República en 2012 y el intento de construcción de un nuevo mito que ya no tiene que ver con la Revolución mexicana.
La construcción del mito
La dictadura del general Porfirio Díaz se prolonga por 36 años. De 1878 a 1911. En 1910 un grupo de ciudadanos inconformes dan inicio a la Revolución que se extiende de 1910 a 1920 cuando termina la fase armada. En 1917, en un periodo de paz, se aprueba la Constitución de la República, que expresa el acuerdo de las fuerzas que participan en la contienda. Hoy sigue vigente.
Los triunfadores, a la cabeza del general Álvaro Obregón, se hacen del poder por la vía armada. En los primeros 20 años, los vencedores construyen el andamiaje institucional e ideológico que requieren, para gestionar la Revolución. Ese grupo, con nombres diferentes, el último PRI, se queda en el poder, cambiando al presidente por 80 años de manera continua. Son derrotados en el 2000. De manera particular en las presidencias del general Plutarco Elías Calles y del general Lázaro Cárdenas se articula el mito al que da lugar la Revolución y que asumen los distintos gobiernos del PRI. La base conceptual son los postulados políticos y sociales de la Constitución y un conjunto de hechos, de manera particular dos, que fundan el Estado moderno mexicano: la Reforma Agraria y la Expropiación Petrolera (1939).
Las variables del mito
De 1920 a 2000, el mito del PRI se sustenta, en cuatro ideas básicas: nosotros hicimos la Revolución y somos sus herederos, estamos comprometidos con las mejores causas sociales; somos garantes de la soberanía nacional; todos los demás, los que no somos nosotros, son enemigos de la Revolución y forman parte de la derecha reaccionaria o el comunismo internacional.
La Revolución, por otro lado, construye la nueva identidad nacional e impulsa el nacionalismo revolucionario. Lo logra a través de una producción cultural intensa llena de imágenes, símbolos y discursos, que incluyen la música, la pintura, la danza, el cine, la literatura, la arquitectura y el teatro. Las cuatro ideas sociales y políticas a las que se hace referencia son envueltas en el ropaje de esta creación cultural que en momentos logra expresiones de enorme calidad plástica.
Hay un poderoso y dramático hecho histórico: la Revolución; mito convocante que, a lo largo de 80 años, da sustento, racional y emocional, al primer gobierno que emana de la gesta armada y todos los siguientes. Se pueden distinguir cuatro grandes periodos. (Continuará) gildamh@hotmail.com
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