Martha Romero
La violencia vicaria es difícil de detectar porque algunas conductas se normalizan, por lo que es fundamental reconocerla para prevenir, sensibilizar y concientizar a la población sobre el tema, en especial a las mujeres para que eviten romantizar la violencia, señaló la capacitadora certificada de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem), Vianey del Rocío Rivas Fabila.
Al impartir la videoconferencia ‘Violencia Vicaria’ precisó que no está incluida en la legislación penal como tal, pero desde enero se sanciona como violencia a través de la figura denominada ‘interpósita persona’, que es el acto u omisión para causar daño a las mujeres a través de sus hijas o hijos, familia o persona allegada, por medio de chantajes o amenazas, aunque muchas veces resultan más afectados los descendientes por el impacto psicológico que sufren, la manipulación del padre y porque el entorno familiar que se presume seguro, deja de serlo.
En el marco de las Actividades para el Fomento de la Igualdad Sustantiva, la especialista enfatizó que la violencia vicaria siempre ha existido, por lo que es fundamental identificar que es un problema social multifactorial que no debe normalizarse y para visibilizarla se debe hablar del tema todos los días, no solo en una fecha especial porque puede impactar a todos de diversas formas, ya que, aunque todas las personas tienen el derecho a una vida libre de violencia, las estadísticas reflejan que no siempre se cumple.
Rivas Fabela pidió a las personas servidoras públicas ser más sensibles de las necesidades de los usuarios, modificar conductas y ser agentes de cambio, tener herramientas y generar habilidades sociales como la empatía y sororidad para dar un trato digno a las víctimas, ya que en casos de violencia vicaria no procede la mediación ni la conciliación.
Por último, afirmó que a todas las personas, desde el ámbito de su competencia, les corresponde colaborar para evitar que más mujeres sufran este tipo de violencia y como integrantes de la sociedad no tolerarla, sino reforzar las redes de apoyo familiares e institucionales, creer a quienes la denuncian, darles contención cercana y escucha, así como generar espacios seguros para quienes lo requieran, ya que los efectos pueden ser devastadores para quienes la sufren y pasa desapercibida.
(Foto: captura de pantalla)
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