Gabriela Landetta

En estos tiempos electorales sería conveniente pedir a los candidatos que en sus proyectos incluyan el medio ambiente, consideró Jacobo Encarnación Zamora, integrante del Comisariado de Bienes Comunales de San Juan Atzingo. 

Así lo manifestó al participar en el foro ‘Sin bosque no hay agua, sin agua no hay vida. Impacto ambiental y social de la tala ilegal en el bosque de agua’, que se realizó en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de México. 

Consideró que si no se presentan proyectos en cualquier otra área se puede sobrevivir, “pero si el tema no se enfoca a erradicar la tala clandestina, la destrucción del medio ambiente, no vamos a vivir más años”. 

En ese contexto, expresó su tristeza cuando escucha que un candidato o candidata dice que es ambientalista, pero no se mete a ver qué se hace con los bosques y lo único que plantean es que le van a dar más agua a las comunidades, a las ciudades. 

“¿Y de dónde les van a dar agua si las fábricas se están acabando? Las fábricas de agua son los bosques”, manifestó ante estudiantes de la UAEMex, a quienes pidió ser los portavoces de la situación que prevalece en los bosques mexiquenses, principalmente, aunque, dijo, la tala clandestina es un problema en todo el país. 

Destacó que, en el caso de San Juan Atzingo, perteneciente al municipio de Ocuilan, en donde considera que la destrucción de las áreas boscosas es de un alarmante “700 por ciento”, la comunidad se ha enfrentado a las bandas de taladores. “Hace cuatro años la tala estaba en 200 por ciento, y ahorita, a pesar de que hemos luchado con todo, está de 700 por ciento”. 

Señaló que ante esa circunstancia se han visto obligados a realizar manifestaciones y cierres de carreteras para lograr el apoyo de las autoridades, y gracias a eso la última vez que se movilizaron consiguieron que se les diera respaldo con un destacamento de la Policía Estatal, y entonces sí se observó una ligera disminución en la actividad de los taladores. Sin embargo, los aserraderos clandestinos continuaron en operación 

“Estamos hablando de un promedio de 20 aserraderos clandestinos y estamos hablando de entre 200 y 300 árboles que son derribados a diario. Seguimos luchando, seguimos tocando puertas, le seguimos apostando a las dependencias”, destacó.

Por su parte, Eduardo González Gómez, defensor del Bosque de Agua, presentó un panorama de la situación que prevalece en esa región ubicada en un total de 250 mil hectáreas y que incluye territorio de 22 municipios mexiquenses y de ocho alcaldías de la Ciudad de México. 

Destacó que las variedades de pino y oyamel que predominan en la zona son fundamentales para que se recarguen los mantos freáticos, pero la tala clandestina, así como el crecimiento de la marcha urbana están afectando ese importante ciclo biológico, lo que trae como consecuencia la escasez de agua.

En el foro también participaron Hilario Barreto González, presidente del Comisariado de Bienes Comunales de San Juan Atzingo; Lucero González García, asesora agroforestal, y Oliver Gabriel Hernández Lara, docente-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMex.

(Foto: Gabriela Landetta)