2024-03-05-en-la-calle-y-victima-de-agresiones-por-un-robo-y-negligencia-de-la-justicia-la-historia-de-huvert-un-indigente-que-es-arquitecto

En la calle y víctima de agresiones por un robo y negligencia de la justicia: la historia de Huvert, un indigente que es arquitecto

Gabriela Landetta

Le dicen "el alemán": sus ojos claros y su cabello que se adivina de tonos rubios delatan su origen extranjero. De padres alemanes, pero nacido en México, Huvert estudió arquitectura en la UNAM, y un tiempo se fue a vivir a Alemania, pero decidió  retornar a México, a pesar de que allá varios de sus conocidos le decían que no regresara a "ese país  de delincuentes", mas hizo caso omiso.

Esa decisión casi les cuesta a la vida a él y a su esposa. Hace poco, durante la madrugada, mientras ambos dormían en un pequeño camión, ya sin llantas, que era su única propiedad, alguien intencionalmente le prendió fuego al precario lugar. Huvert se dio cuenta a tiempo y lograron salvarse; ahora no tienen un lugar seguro donde descansar... De hecho, no tienen nada.

No es la primera vez que Huvert es agredido, pero sí la más grave porque fue un intento de homicidio; sin embargo, como se trata de un par de indigentes, que no siempre lo fueron, ninguna autoridad hace nada por ayudarlos.

Aseguró que la madrugada en que ocurrieron los hechos ni siquiera los elementos de la Cruz Roja que arribaron al lugar, se preocuparon por tranquilizar a su esposa que estaba en estado de shock por lo ocurrido. Y nadie ha hecho nada por ayudarlos.

Él sólo pide que le permitan quedarse en otro terreno, aunque no tenga ni electricidad, ni agua, aunque sólo tenga el puro  piso para dormir, que sea seguro seguro y no tenga problemas con la gente.

Aunque se trata personas totalmente pacíficas dedicadas a recolectar cartón y envases de PET para venderlos, Huvert ha recibido amenazas constantemente de vecinos a los que les molesta su presencia y quieren que se vaya, incluso lo han golpeado y hasta han llevado máquinas para destruir el material que va juntando de la basura.

"Lo que busco es ya irme de allí porque está muy pesado el ambiente, son alrededor de 150 personas que ya no me las quito, como alacranes, que ya no me los quito de encima", especialmente es el caso de uno de los vecinos de la zona aledaña en donde Huvert y Rosa María llegaron a establecerse: un predio cercano al Fraccionamiento Paseos del Valle, cerca de Capultitlán, municipio de Toluca.

"Yo he sido amenazado todo el tiempo desde que llegué -aproximadamente  hace 10 años-,  sí,  de una manera racista, ignorante; yo intenté pues hacer migas, hacer amistad, o hacer algo,  pero no, nunca pude de ninguna manera, perdía yo mi tiempo, perdía mi dinero y perdía mi esfuerzo", expresó.

¿Y cómo fue que Huvert  llegó a esta lamentable  situación? Narró a este medio informativo que hace ya varios años tenía un negocio de refacciones automotrices, primero en Ciudad de México y luego, en 2009, llegó a Toluca.

 La bodega estaba en una casa que rentaba en la colonia Universidad, pero durante un viaje que realizó a Cuernavaca los delincuentes aprovecharon para dejarlo absolutamente sin nada. Estima que tan sólo de mercancía perdió alrededor de 4 millones de pesos en ese tiempo.

"Me vi envuelto en una depresión y en muchos problemas, se me había cerrado el mundo, no tenía igual que ahorita donde dormir, qué comer y tenía que andar yo en la Procuraduría (hoy Fiscalía) integrando demandas y declarando.

“En fin, me había aventado como un mes donde me la pasaba hasta las 3 de la mañana, y como ya no tenía para un taxi, me venía caminando y mejor me esperaba que ya hubiera servicios públicos para venirme. Eso fue muy desgastante y eso a mí me volvió loco".

Huvert añade: "Yo me veo en la calle, sin dinero, sin empleo, sin casa, sin donde vivir, nada. Entonces fue un golpe muy fuerte para mí y de ahí no me he levantado, y esto que acaba de pasar (el incendio) ya de plano fue el tiro de gracia".

Sin embargo si sucediera el milagro de que alguien llegara y realmente lo pudiera ayudar a salir adelante, considera que podría  realizar trabajos relacionados con su carrera, arquitectura, o elaborar  diseños  de logotipos. O bien dar clases de idiomas  tanto de alemán como de inglés. También le gustaría volver a tener un negocio similar al que tuvo de refacciones automotrices.

Pero esta ayuda la ve muy lejana y, mientras tanto, él y su  esposa  Rosa  María, que lo acompaña desde hace 30 años en las buenas, en las malas y en las  peores situaciones como ahora, duermen en el suelo, en plena intemperie.

(Foto: Gabriela Landetta)


Categoría:
Nacional
Etiquetas:

    No hay etiquetas asociadas a éste artículo.

Vistas:
68

Notas Relacionadas