Leobardo Hernández

Mike en la “lira”, Ale en la batería y Maya en el bajo conforman la banda metepequense de rock, Itzcuincli Nigro, cuya composición clásica de este género detona el sonido estridente y la energía en un buen eslam compartido con los asistentes al ritual en concierto de estos 3 mexiquenses.

La historia de la agrupación se remite a 10 años de intentos por consolidarse con diferentes alineaciones, de acuerdo con Mike, quien reveló que “la neta, este es un proyecto que inició con unos amigos hace unos…, yo creo que casi diez años, pero nunca se concluyó bien porque, en realidad, el nombre ha estado, pero ya esta sería la tercera alineación, y ya la alineación conformada ya chingón ”. 

Así inició la conversación que sostuvo Portal con estas tres ánimas emergidas de las tinieblas que poseen los cuerpos de tres instrumentistas para transformar el aire en un torrente eléctrico de sonidos rebeldes. 

En el escenario oscuro de la noche del sexto día, afuera del Foro Landó, los oriundos de Metepec, Toluca y Zinacantepec, respectivamente, compartieron la breve historia de una de las más destacadas bandas en el concurso de ese recinto: 'La liga del rock'. ', de la que fueron finalistas, aunque no ganadores.

Pero los triunfos no los dan los jueces, sino la consumación de la quema de energía, placer y mota que el trío de afiladas notas causó en los espectadores del ritual de los tres perros negros y callejeros transmutados en un solo guía del mictlán, reino donde los muertos se hacen inmortales.

“Nosotros somos Itzcuincli Negro, y tocamos stoner rock : música para mariguanos”, proclamó Maya para iniciar la ceremonia donde los presentes sacaron su corazón para ofrecerlo a la noche entre el aire tratado con las poderosas palpitaciones de la batería, la sangre corriendo como enloquecida. con la distorsión de la guitarra y el bajo terrestre que hacía retumbar los suelos. 

Una escandalera instrumental fue la rola, el preámbulo del enorme espectáculo mínimo y fugaz como eclipse. Después vino “En estado inconveniente” con “Andamos loqueando, andamos volando” que ladraban los tres al unísono, como sacando agua de las piedras bajo la pesadez de la cotidianidad, bajo el aplastante cansancio de la monotonía descrita en las letras de esta pieza, para finalizar con un “Funeral eléctrico para un perro con sarna”.

La banda tiene seis meses formada con esta alineación. “A donde nos invitan tocamos”, dijo el guitarro con la cara pintada al estilo prehispánico, además de precisar que el nombre del grupo surge en honor del místico perro mexica, y 'nigro', para evitar malas interpretaciones, es un apócope de nigromante .

“Es referente como a un nahual, el nahual del perro. Entonces, pues nos identificamos con ese animal por ser como callejero: somos perros realmente. Andamos de aquí para allá: tenemos de todo”.

Los tres hijos de la noche convergieron en la música con la guía invisible del misterioso numen hijo de Xólotl, pues antes de revolcar cuerdas y reventar el bombo, Mike se dedicó al tatuaje y al diseño gráfico; Maya estuvo dando el rol en el azaroso camino del circo y el teatro; mientras Ale daba clases al ser egresado de la Normal Superior del Estado de México, “soy profesor de historia”.

Las próximas presentaciones de esta tripleta oscura serán el 29 de febrero en el Foro 304 de Toluca, y en el Zoloft de Metepec el 24 de febrero. Se pueden localizar en IG como @Itcuincli_Nigro666, y su página de Facebook es Itzcuincli nigro. 

(Foto: Leobardo Hernández/ FB, Itzcuincli nigro)