Gabriela Landetta

El desabasto de medicamentos que afecta al sector salud del Estado de México en general, provoca que un paciente tenga que estar más tiempo hospitalizado, que se complique su cuadro clínico, que los familiares destinen recursos para conseguir los fármacos requeridos, con lo que afectan su economía, y que el personal de enfermería no pueda  realizar su trabajo con la eficiencia y calidad  a la que están comprometidos.

Así lo expresó Marcela Calzada Peña, enfermera especialista del Instituto Materno-Infantil del Estado de México, quien mencionó que al no tomar  los medicamentos que le recetaron, un paciente puede regresar a la unidad médica en peores condiciones de salud.

"Anteriormente, con el Seguro Popular, se les daba su medicamento, se iban a casa con medicamento para terminar un tratamiento médico necesario, pero ahora se les da un tratamiento farmacológico inicial, y si se van a casa, ya no tienen recursos para la compra de medicamentos y seguir con el tratamiento.

Señaló como ejemplo, que para ingresar al Hospital para el Niño, los familiares en ocasiones tienen que comprar primero un kit, que debe incluir pañales, catéter periférico, equipo para transfusión de fármacos. Situación  que, dijo, "significa que el Estado no está cumpliendo con ese derecho universal de la salud, y que los pacientes o familiares tienen que deshacerse de sus recursos económicos mínimos que tengan para poder cumplir con esa cuota, para poder comprar ese kit para la atención de sus pacientes".

Calzada Peña declaró que por ese tipo de situaciones el personal del sector salud se ha manifestado en diversas ocasiones, o ha expuesto quejas ante las áreas administrativas, donde sólo les dan excusas, pues les comentan que "ya han hecho los trámites  y las gestiones necesarias para la adquisición de insumos", "no tenemos partidas presupuestales para la compra [de medicamentos]",  (...) "es un cambio administrativo",  "estamos al pendiente de las gestiones para poder tener los insumos necesarios..."

"Pero la realidad -dijo la enfermera Marcela Calzada- es que seguimos igual, seguimos trabajando con lo mínimo indispensable. A veces nosotros tenemos que comprar telas adhesivas, insumos mínimos para para fijar una venoclisis. Quieren cumplir con los estándares de calidad que debiéramos tener como personal de salud, pero si tú no me das lo necesario para dar una atención como me lo estás pidiendo, pues ¿de dónde?".

Expresó que esa situación también pone en una situación complicada al personal de enfermería, quién debe administrar los fármacos que indican los médicos y no se está cumpliendo con ello, y deben trabajar con lo que hay.

"Y si tengo que cambiar un equipo de una solución de una venoclisis cada 24 horas, pues va a tener que cambiarse casi 72 horas; y si el medicamento lo tengo que aplicar cada 12 horas, o cada 24 horas,  lo tendría que aplicar cada 72 o cada 48 horas. Si para el dolor necesitamos paracetamol o un diclofenaco y no existen,  pues no le pongo nada al paciente o tendré que solicitárselo al familiar para que lo compre y yo se lo pueda administrar."

Y si bien, muchos familiares están dispuestos a comprar las medicinas necesarias con tal de quitarle el dolor a su paciente, las autoridades de salud ya prohibieron estrictamente solicitar medicamento o cualquier insumo para la atención del enfermo. "¿Entonces qué hacemos?", cuestionó Calzada Peña.

(Foto: Gabriela Landetta)