Lourdes Landetta

Según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), 46.8 millones de personas se encontraban en situación de pobreza multidimensional en 2022, y esta situación se agrava para grupos específicos de la población, aseguró Armando Sánchez Vargas, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, durante el Coloquio Internacional “Bienestar y pobreza de grupos vulnerables en México”, organizado por el Colegio Mexiquense y el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Dijo también estar convencido de que en la medida en que se comprendan adecuadamente las necesidades de los grupos vulnerables, se podrán proponer las acciones de política pública para lograr una sociedad más inclusiva y generar políticas de desarrollo.

Por su parte, el secretario general del Colegio Mexiquense, José Antonio Álvarez Lobato, dijo que es muy importante mostrar la pertinencia social del quehacer científico, “esa que muestra que lo que hacen los investigadores puede ser útil para generar políticas públicas para evaluarlas y proponer alternativas que ayuden a tener un mundo mejor”.

Agregó que México es un país “terriblemente desigual”, hay mucha riqueza y mucha pobreza. “La pobreza es una considerable privación en el bienestar. Para algunos, el bienestar implica tener suficientes recursos económicos y la pobreza es no tenerlos o no tener la capacidad para consumir. Sin embargo, las personas pueden estar privadas en su bienestar material, pero también pueden tener oportunidades para vivir una vida tolerable”, señaló.

Destacó que los miembros de grupos marginados como indígenas, mujeres y personas adultas mayores enfrentan desigualdades estructurales, por lo que tienen una mayor probabilidad de ser pobres, es decir, ser vulnerables a la pobreza. Al respecto, dijo que las mujeres enfrentan desigualdades en varias formas en el ámbito público y privado, debido a procesos discriminatorios de género que resultan en una división sexual del trabajo, de las jerarquías que restringen el acceso y control de las mujeres a los recursos y a su participación en el mercado laboral.

En el hogar, las normas sociales de género dictan las oportunidades que las mujeres tienen para acceder a recursos educación, salud, nutrición, entre muchas otras. Por otra parte, manifestó que los adultos mayores tienes desventajas con respecto al resto de la población y a otros miembros del hogar, ya que tienen una mayor exposición a enfermedades, detrimento de sus capacidades físicas y mentales, disminución en su autonomía y movilidad, y una mayor dependencia económica.

Explicó que, aunque la pobreza puede ser medida a base del ingreso, no toma en cuenta las múltiples formas de privación de los individuos. “Alguien puede ser considerado no pobre y ser analfabeta, carecer de servicios básicos de salud, que le falte agua o no tener acceso a las oportunidades para su desarrollo. Aun cuando existe una gran variedad de aproximaciones teóricas, la capacidad para identificar qué hace pobre a un individuo debe ser vista desde su naturaleza multidimensional”, apuntó.

Al respecto, José Nabor Cruz Marcelo, investigador de la UNAM, explicó que una persona que está en situación de pobreza multidimensional es aquella que tiene ingresos promedios mensuales por debajo de la línea de pobreza y tiene de tres a seis carencias sociales (rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos de las mismas, así como acceso a la alimentación nutritiva y de calidad) e ingresos promedio mensuales por debajo del valor monetario de la canasta alimentaria, ya sea en su ámbito urbano o rural.

Las ponencias dictadas en el Coloquio internacional “Bienestar y pobreza de grupos vulnerables en México” por parte de investigadores del CONEVAL, UNAM, Universidad Iberoamericana y el Colegio Mexiquense, ayudaron a reflexionar sobre mediciones del bienestar y la pobreza de los grupos vulnerables en México y sus resultados, para poder establecer las políticas públicas necesarias para su atención prioritaria.  

(Foto: captura de pantalla)