Gabriela Landetta 

María Antonieta tenía 28 años cuando fue víctima de violencia extrema. Como resultado del ataque sexual que sufrió, quedó embarazada, pero el asedio continuó. Por eso tuvo que huir a Toluca y buscar refugio en uno de los albergues  para  mujeres con que cuenta el gobierno del Estado de México, donde permaneció cuatro meses, hasta que el sujeto fue encarcelado. 

Originaria de San Francisco Putla, municipio de Tenango, ahora Antonieta forma parte de un grupo de 10 mujeres  que sufrieron algún tipo de violencia y que, a través de la venta de flores, buscan salir adelante. Fue en el refugio donde, además de recibir atención  psicológica, se les brindaron capacitaciones para ser autosuficientes. 

El drama que vivió Antonieta se remonta  a 2017, y sólo cuando en el albergue se aseguraron de que estaba más estable y contaba con una red de apoyo, se le permitió regresar a su comunidad. 

Al narrar su historia a Diario Portal, afirmó el trabajo de las flores le ha ayudado bastante en su economía familiar "porque  tengo hijos pequeños y hay que ir a la escuela a recogerlos, entonces para un trabajo formal si es muy complicado que nos acepten, son horarios extendidos. En cambio ellos [niños] también participan, nos apoyan, regresan de la escuela y nos ayudan a regar las plantas y armar los manojos". 

Por el momento, este grupo de mujeres sólo cuenta con una superficie de 1/4 de hectárea para cultivar sus flores para la temporada de muertos, principalmente Cempasúchil. 

Contrariamente a lo que ocurrió con otro tipo de sembradíos afectados por las altas temperaturas registradas este año, en su caso no sufrieron daños debido a que cuentan con un sistema de riego que les permitió sacar adelante su producción. 

Pero más que la sequía, lo que sí les perjudica, y mucho, es el "regateo", porque a veces una gruesa de flores con valor de 120 o 130 pesos se las quieren pagar en 70, 80 o hasta en 50 pesos, y con eso pierden toda su ganancia, ya que deben considerarse gastos de traslado y lo que implica el sistema de riego, por ejemplo, además de que la ganancia se divide entre las 10 integrantes de la organización en la que participa.

(Foto: Gabriela Landetta)