Yameli Pallares

En la ciudad de Toluca existen diversas librerías que resisten el paso del tiempo y la digitalización de las obras. La calle Instituto Literario, en la colonia Centro, ha sido punto de encuentro de siete establecimientos que siguen vendiendo libros a pesar de los años. Hay locales que operan desde hace más de tres décadas; incluso algunas de estas tiendas venden ediciones viejas y textos de segunda mano. Diario Portal recorrió este tramo de 1.5 km de extensión en la capital mexiquense para conocer más acerca de su quehacer.

Bazar del Libro ‘Álvarez’ es una librería de viejo que desde 20 años aproximadamente ofrece un acervo de cientos de ejemplares únicos de literatura universal, textos académicos, diccionarios, entre otros; ‘El timón’ tiene a la venta ediciones nuevas de literatura en precios accesibles; la librería ‘Morelos’ dispone de textos de académicos y literatura en publicaciones de calidad.

En el establecimiento de la librería ‘Leo’ se encuentran textos de interés general; ‘El tintero’ propone una modalidad mixta entre la venta de ejemplares nuevos y libros de segunda mano; en ‘Todos los nombres’ se halla principalmente literatura juvenil e infantil, y ‘Castillo’ también es una librería de viejo donde hay desde obras clásicas hasta lanzamientos de moda.  

Hugo Álvarez, dueño de varios establecimientos en Toluca que se dedican a la compra-venta de libros usados, declaró que, aunque el Ayuntamiento quiso cerrar su negocio durante la crisis de COVID-19, el confinamiento atrajo a muchos clientes, dado que durante el encierro comenzaron a interesarse por la lectura. Gracias a ello pudo adquirir otras dos librerías.

Asimismo enfatizó la necesidad de acercar los libros a los jóvenes, y el beneficio que obtienen los estudiantes de comprar textos de segunda mano, pues el precio es más accesible para ellos. También habló sobre la tarea de preservación de la cultura que se hace “si no se recopilan los libros van a la basura o al reciclaje, y se pierden”, afirmó. “Hasta nos deberían subsidiar”, bromeó. 

Carlos Téllez de la Fuente, librero desde hace más de 30 años, dijo que hay muchas ediciones que ya no se reimprimen y que se pueden adquirir en los locales de segunda mano. Comentó que es una oportunidad para que las nuevas generaciones lean, pues “actualmente el libro es caro”. Y expresó que es muy importante cuidar estos objetos, ya que muchas veces la familia los tira sin saber su valor histórico y cultural. 

“El verdadero negocio son las antigüedades” que llegan a sus manos, declaró. En su poder tiene el tomo I de una edición que ronda los 250 años de “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”, escrita por Miguel Cervantes Saavedra, y dedicada al Virrey de Nápoles. Y un pastoral de 1767 que anuncia la expulsión de los jesuitas en Puebla. Estas reliquias suelen comprarlas los extranjeros en las casas de subasta de Ciudad de México. Finalizó señalando que “el libro siempre va a permanecer”, a pesar de la digitalización, las epidemias y “los gobiernos panistas”; ironizó.

(Foto: cortesía)