Ivan Joatzay

Como uno de los casos del colectivo, se destaca la lucha de Martha Aldama Alvarado, maestra y madre separada de su hijo, Pedro Alexandro Fonseca Alva, hace 5 años.

Alex era un joven universitario con afición a la gastronomía que compartía un negocio de banquetes junto a su madre. Su padre lo abandonó en el pasado tras juntarse con otra familia. El joven fue detenido un día del mes de agosto cuando, tras salir de su negocio a conseguir agua junto a su novia, fue aprehendido por un par de hombres desconocidos que, en un vehículo sin registro, “se lo llevaron con mentiras” acusándolo de robar un auto, relató la madre.

“Yo llegué de mi trabajo y me dijo mi vecino ‘se llevaron a Alex, en un carro que no tenía placas ni insignias’, entonces yo pensé ‘ya lo secuestraron’, sentí horrible. En ese momento frenó mi vida.”

Tras reencontrarse con su hijo en el ministerio público, Martha cuenta que las razones de aprehensión de Alex cambiaron, pues, ahora se le vinculaba con el homicidio de un hombre de edad mayor que vivía en su colonia, sin embargo, la persona había fallecido 3 meses atrás en una riña en la cual estuvo involucrado su exesposo y 2 de sus hijos adoptivos:

“Se pelearon con los vecinos de enfrente porque el papá de mi hijo estaba construyendo una casa en esa calle. Cuando los ministeriales preguntaron quiénes habían sido los responsables de la muerte de un señor, que murió de un impacto en la banqueta dentro de la pelea, personas dijeron que fueron los hijos del señor que vivía enfrente, es decir, mi expareja.”

De acuerdo con la madre, el joven universitario fue aprehendido como un “pagador” que actualmente cubre la sentencia de los hechos realizados por la nueva familia de su exesposo.

Durante el juicio, la defensa de la familia de Martha logró consolidar su caso comprobando la inocencia de Alex, pues, a través de testigos y un peritaje con antropometría, se comprobó que él no estuvo presente en la escena y, asimismo, no cumplía con la complexión y altura descrita en el caso oficial, sin embargo, la madre señaló que, durante el día final del juicio, notó un cambio en el juez que sobrellevaba el caso:

“[El PJEM] es una estructura impresionante, casi impenetrable. Por ejemplo, vimos que el juez consideraba mucho algunas pruebas y pensamos que íbamos bien, pero a la hora de la sentencia lo vimos apagado, ni siquiera alzaba la cabeza.”

En la resolución del caso, Alex fue sentenciado bajo el cargo de homicidio culposo a cumplir 55 años de encarcelamiento en una prisión de Almoloya. Entre las anomalías de su caso, la madre destaca el largo lapso entre el hecho y la aprehensión de su hijo, la nula consideración de las pruebas presentadas y “el cambio de uno de los ministeriales” a mitad del juicio. Actualmente, Martha se mantiene en la lucha junto al colectivo ‘Haz Valer Mi Libertad’ en espera de encontrar una solución para la sentencia del joven.

(Foto: Ivan Joatzay)