Leobardo Hernánez

En su retorno a la conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió a las críticas por la supuesta pérdida de dinero en la venta del avión presidencial adquirido por Calderón y usado por Peña Nieto. En este sentido, reveló que la aeronave era un prototipo con fallas de origen, por lo que su devaluación fue más rápida.

“Ha habido mucha especulación sobre la venta del avión presidencial, ya nuestros adversarios nos estaban o nos están culpando a nosotros, ya dándole la vuelta, como si yo hubiese comprado el avión, como si yo hubiese usado el avión, como si yo fuese el responsable de ese despropósito de comprar un avión de lujo, carísimo, para pequeños faraones”.

En este aspecto, el director del Banco Nacional de Obras (Banobras), Jorge Mendoza, informó que en primera instancia el ‘castillo flotante’ costó a Felipe Calderón 2,931 millones de pesos (mdp), es decir, 217 millones de dólares (mdd); no obstante, el costo original del ‘José María Morelos’ fue de 114.6 mdd, mas con las modificaciones el precio final prácticamente se duplicó.

“Se gastaron 80 millones de dólares en este equipamiento: incluía una suite presidencial, una recámara de descanso, tenía asientos de lujo cada uno con su propia pantalla, escritorio, máquina para correr, salas ahí donde se podían discutir temas; y también se invirtió 23 millones de dólares en refacciones y accesorios que se fueron utilizando en el tiempo y en algunos que también estamos ahorita comercializando para que se pueda lograr también su venta”.

En este aspecto, aseveró que “este avión presidencial fue uno de los primeros aviones producidos Boeing”, es decir, una nave de prueba, por lo que hubo fallas detectadas en un motor que, si bien no impiden su vuelo o ponen en riesgo el funcionamiento, sí acortan la vida útil de la turbina.

“Este avión no fue de los que se fue comercializado a las aerolíneas, las aerolíneas recibieron una generación después de ésta. […] tuvo algunos defectos de fábrica, algo que se fueron componiendo en el tiempo, principalmente en uno de los motores, y es también un poco más pesado que los 787 Dreamliners, que se utilizan en las aerolíneas comerciales, y, por lo tanto, pues ha tenido una depreciación un poquito mayor que otros aviones de este tipo”, acotó Mendoza.

Venta de contado y por la salud

Igualmente, el titular de Banobras explicó que “el comprador es el Comité Estatal de Inversiones y Administración de Propiedades Estatales, es una dependencia del gobierno de la República de Tayikistán. El precio pactado fue de mil 658.7 millones de pesos, es decir, 92.1 millones de dólares”.

Al respecto, detalló que el dinero ya está en manos del gobierno mexicano, “no tenemos que pagarle a ninguna entidad fuera del sector público”. El monto total de la compra se destinará a la creación de dos hospitales: uno en Tlapa, Guerrero, y otro en Tuxtepec, Oaxaca.

“En Banobras nos hemos comprometido con el presidente y con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que lo que paguen a Banobras se va a regresar en su totalidad al gobierno mexicano para que se pueda utilizar, esto a través de un aprovechamiento, para que se pueda utilizar para la construcción de dos hospitales”.

Palacio volador de EPN no fue el único en venta

A su vez, Jorge Mendoza resaltó que desde la administración de la 4T se han vendido 10 aviones y 5 helicópteros más. “En total, de los recursos recibidos por la venta de las aeronaves fue de dos mil 740 millones de pesos. Y así como les presenté cuáles fueron los criterios que se utilizaron para vender el avión presidencial, se utilizaron los mismos para cada una de estas aeronaves”.

En este sentido, ostentó que “con esto cumplimos una de las promesas, que era reducir el uso de las aeronaves costosas, que requerían mucho mantenimiento y que se utilizaban solamente para transportar de uso ejecutivo de los funcionarios públicos”.

(Foto: presidencia)