Eric Rosas

Laboratorio mexiquense

Este sábado 14 de enero dio inicio la gira de precampaña de la profesora Delfina Álvarez Gómez, quien busca convertirse en la candidata a gobernadora del Estado de México por la coalición de los partidos Verde Ecologista de México, del Trabajo y el Movimiento de Regeneración Nacional. Con este acto, que tuvo lugar en la Plaza de los Mártires de la ciudad de Toluca de Lerdo, capital de la entidad Mexiquense, dio arranque formal ésta que será una contienda electoral sumamente competida, y que, como siempre se dice, servirá de ensayo para el proceso que renovará al titular del Poder Ejecutivo Federal a mediados del venidero 2024.

Se acostumbra a decir que esta elección para gobernador sirve como laboratorio para todas las fuerzas políticas nacionales, porque es la que convoca al mayor padrón estatal de electores de México y tiene lugar en fechas muy próximas a la federal presidencial siguiente. Aunque la frase parece trillada, la realidad es que efectivamente, el proceso electoral mexiquense les permite a los partidos políticos poner a prueba sus estrategias con una de las muestras poblacionales más significativas, estadísticamente hablando, pues no sólo es la más grande en número de votantes, sino que también es variada, dadas sus características demográficas.

Lo interesante es que, al menos para la comunidad académica, esta elección para gobernador en el Estado de México también podría servir por primera vez como un experimento similar, pero en sentido contrario. La academia —salvo aquella cuya materia de estudio es precisamente la disciplina política— ha sido tradicionalmente apática respecto de su participación electoral. Aunque en el proceso que llevó al actual primer mandatario a ganar en el 2018 su aportación de votos fue, quizá, la mayor que este sector haya entregado a un candidato en la época reciente de México, el resultado no fue el esperado, pues este gremio ha sido blanco de descalificaciones y estigmatizaciones por parte del presidente López, todas infundadas, pero que han sido utilizadas para justificar las acciones que han terminado por demoler los cimientos del sistema científico y tecnológico del país.

Los académicos, habiéndose percatado de su equivocación cometida en el 2018, rápidamente corrigieron y tres años después, en el proceso electoral federal realizado en el 2021, impulsaron diversas acciones orientadas a apoyar a los candidatos a diputados federales de la alianza opositora; informando de primera mano a los contendientes de la Alianza Va Por México, acerca de la situación que enfrentaba la academia y ofreciendo su apoyo, no sólo para difundir sus propuestas entre estudiantes, profesores e investigadores de instituciones públicas y privadas de todo México, sino también para diseñar propuestas concretas en diversas materias, particularmente la relacionada con el fomento a la ciencia y la tecnología.

A pesar de haber contribuido a la recuperación de la mayoría calificada en el Honorable Congreso de la Unión, el esfuerzo realizado por la comunidad académica mexicana no fue suficiente para detener muchas de las iniciativas legislativas para cuya aprobación sólo se requiere la mayoría simple. Por ello es que, en este proceso electoral del 2023 será fundamental que la academia mexiquense ponga a prueba acciones basadas en las dos experiencias previas y orientadas a lograr que quien resulte electo para gobernador del Estado de México efectivamente fomente la ciencia y la tecnología; y de cuyo éxito o fracaso se podrán obtener conclusiones para optimizar su participación en la elección presidencial del 2024.

Lo anterior, dicho sin aberraciones.

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