Lucio Ramírez Medina

¿Qué vías nos podrían llevar hacia un desarrollo sustentable?

Se habla demasiado en México sobre la necesidad de alcanzar un estado de bienestar, una equidad y la inclusión, pero que además sea sustentable; sin embargo, muy poco se buscan y atienden las vías para conseguir esos objetivos. 

Los sexenios van y vienen entre el ruido mediático y los conflictos políticos e ideológicos, en tanto los problemas sociales se multiplican y agudizan, lo cual va comprometiendo el futuro de las nuevas generaciones de mexicanos y sus expectativas de vida personal, familiar y profesional. 

Según El Colegio Nacional, tan solo las repercusiones de la pandemia tendrían que obligarnos a analizar seriamente las dimensiones críticas de la encrucijada en la que estamos, en el mundo y en México, para empezar a definir con toda responsabilidad social las decisiones que deben tomarse con una visión de futuro.

Un buen punto de partida puede ser la reflexión que hace el analista de México Social, Enrique Provencio en torno a la convocatoria de El Colegio Nacional: puede ser discutible la idea sobre nuestra capacidad para moldear el futuro, pero es muy pertinente el llamado a reflexionar con más aliento sobre el rumbo que están tomando los acontecimientos luego de los profundos impactos de la pandemia, a recuperar las aspiraciones de cambio que surgieron cuando nos vimos obligados al confinamiento, y quedaron en evidencia tantas debilidades de nuestra organización colectiva, cuando afloraron con mayor crudeza las desigualdades y se nos presentaron con especial elocuencia las fallas de los servicios públicos. 

Es por eso que comparte su participación en la mesa sobre El futuro del desarrollo económico, donde se identificaron las dificultades más significativas para ubicar las tendencias clave que lo están remodelando y reflexionar acerca de las reformas y políticas para encauzar un desarrollo que sea más equitativo, sustentable ambientalmente y más igualitario. 

El diagnóstico es que estamos ante tal cúmulo de incertidumbres y perplejidades, que resulta arriesgado hablar del futuro y adelantar planteamientos, sin primero informarnos, debatir y dialogar mejor sobre nuestra demografía, bienestar social, ambiente, democracia, ciencia e innovación, seguridad y violencia, antes de calificar el futuro de lúgubre, sombrío, titubeante e incierto, si es que en realidad queremos fincarnos un futuro sustentable, de bienestar, equidad e inclusión.

*Licenciado y Maestro en Periodismo        

lurame_3@hotmail.com                  @luciorm