Estefanía Antonio

En la zona de la Terminal de Toluca y al rededor, existen al menos ocho personas en situación de indigencia que pertenecen a la tercera edad; lo cual, les coloca en una alta situación de vulnerabilidad con mayores riesgos de sufrir agresiones físicas y psicológicas, desnutrición, enfermedades y discriminación.

Elizabeth Mejía, activista mexiquense por los derechos de las personas en situación de calle, comentó en entrevista para Diario Portal que, en su mayoría, las y los indigentes del Valle de Toluca son adultos mayores que por circunstancias como la pobreza extrema, falta de apoyo y olvido del estado, se enfrentan al crudo frío de la calle.

“Los adultos mayores en situación de indigencia tienen ciertos requerimientos necesarios para su edad que, al vivir en la calle, no tienen […] algunos no llegan a comer en tres o cuatro días, muchos de ellos comen de la basura y su promedio de vida es aproximadamente de 65 a 70 años”, explicó Elizabeth Mejía, quien también compartió que es en la zona de la Terminal de Toluca donde hay de ocho a doce personas adultas mayores en situación de indigencia.

Tal es el caso de David, de 73 años y originario de Sinaloa, quien lleva 14 años en situación de calle; los primeros cuatro en Guadalajara y los últimos diez en las calles de Toluca.

El punto de quiebre de su paso a la indigencia fue cuando su esposa falleció a causa de una enfermedad terminal y David quedó desamparado y destrozado en el ámbito emocional, lo que lo llevó a una profunda depresión. Al no contar con casa propia y vivir en la de familiares de su fallecida esposa, fue expulsado del hogar.

Otro caso es el del señor José, de 62 años y originario de Ixtapan de la Sal, quien pasa las noches debajo del puente entre Avenida Pino Suárez y Avenida Paseo Tollocan. José relató que, cuando tenía 50 años, sufrió un accidente que le inmovilizó la parte posterior de ambas piernas y posteriormente su salud se complicó tanto que tuvieron que amputarle ambas piernas.

Esta situación lo ha puesto en una situación de vulnerabilidad, ya que, por su edad, discapacidad y la diabetes que padece, necesita varios medicamentos que en ciertas ocasiones le es complicado adquirir; por tanto, trabaja como franelero y su jefe le apoya comprándole cada semana la caja de una de las tantas medicinas que necesita.

Él relata que su vida, desde que vive en las calles, ha sido una experiencia bastante difícil pero no imposible, la sociedad le ha tratado de una manera amable y compasiva por la situación de invalidez que padece y, él mismo cuenta, que la gente se acerca a él diariamente ofreciéndole dinero, ropa y comida, condicionantes que le dan sentido a su sobrevivencia.

Estas acciones le hacen creer en un futuro mejor donde pueda regresar su vida anterior o por lo menos tener un techo y comida caliente en el tiempo que le reste de vida; sin embargo, de acuerdo con Elizabeth Mejía, quien convive y apoya de manera altruista a José, él nunca ha recibido apoyos del gobierno municipal o estatal que le permitan mejorar de manera significativa sus condiciones de vida.

Sin programas para adultos mayores indigentes

De acuerdo con la activista Elizabeth Mejía, no existe ningún programa social por parte del Gobierno del Estado de México o el Ayuntamiento de Toluca para apoyar, no solo con albergues temporales, a todos los adultos mayores en situación de calle.

El programa más popular, sino es que, el único, es el albergue temporal que se ha habilitado en épocas invernales en Unidad Deportiva Juan Fernández Albarrán, pero los mismos indigentes evitan asistir por la falta de sensibilización que los encargados de dichos lugares tienen.

“Las personas indigentes regularmente les tienen miedo a los policías, porque los corren, les dicen groserías, los violentan e incluso no quieren ir a los albergues porque le tienen mucho miedo a policías y funcionarios públicos”.

Por otra parte, de acuerdo con una investigación realizada por Diario Portal, el programa social a adultos mayores en situación de vulnerabilidad que actualmente ofrece el Gobierno del Estado de México, a través de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado de México (Sedesem), es la entrega de canastas básicas con alimentos y productos de higiene.

El apoyo se entrega una vez al mes, por un máximo de 10 meses al año y, además, este “Programa de Desarrollo Social Familias Fuertes Apoyo a Personas Adultas Mayores”, brinda a los beneficiarios asesoramiento en material legal y atención psicológica y gerontológica a domicilio.

No obstante, a pesar de que es para personas adultas mayores en situación de vulnerabilidad, ninguna de las personas mayores de 60 años en estado de indigencia y consultadas para este reportaje, son beneficiarias; debido a que no cumplen con los requisitos mínimos como la documentación.

“La mayoría de ellos quisiera regresar a sus hogares y a sus vidas anteriores; sin embargo, la economía, las enfermedades, la falta de apoyo de los ciudadanos y autoridades hacia ellos y la presencia de delirios a causa del consumo de drogas y mala alimentación, no les permiten tener una visión clara y precisa de cómo recuperar su vida anterior”, explicó Elizabeth Mejía.

Asimismo, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México (DIFEM), cuenta con el servicio de Casa del Adulto Mayor, donde hay grupos de apoyo y se puede cursar alguna actividad; no obstante, de la misma manera, las y los adultos mayores indigentes no pueden acceder a estos beneficios pues no cuentan con los requisitos y dentro de su parámetro de necesidades se encuentran las básicas, como la alimentación y techo, los cuales no son cubiertos para ellos por los programas mencionados.

(Foto: cortesía)